Diez presidentes autonómicos alertan del riesgo de contagio de la crispación de la capital

“Los puentes rotos de Madrid siguen en pie en la periferia”, aseguran a EL PAÍS tras acudir al 12-O

El presidente extremeño y el cántabro, a la derecha, charlan con el ministro de Sanidad y el portavoz del PRC en el Senado durante el acto por la Fiesta Nacional.Kiko Huesca (EFE)

En las últimas celebraciones de la Fiesta Nacional el foco de la tensión política ha sido siempre Cataluña —el fallo del procés se produjo el 14 de octubre del año pasado—, pero la crispación se ha trasladado ahora a la Comunidad de Madrid. El líder del PP, Pablo Casado, promete combatir el estado de alarma cada día, y el Gobierno regional ...

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En las últimas celebraciones de la Fiesta Nacional el foco de la tensión política ha sido siempre Cataluña —el fallo del procés se produjo el 14 de octubre del año pasado—, pero la crispación se ha trasladado ahora a la Comunidad de Madrid. El líder del PP, Pablo Casado, promete combatir el estado de alarma cada día, y el Gobierno regional ha llevado al Ejecutivo a los tribunales por “invasión de competencias”. Consultados por EL PAÍS, sin embargo, la mayoría de presidentes autonómicos que asistieron este lunes al acto por el 12-0, incluidos los del PP, coinciden en que la crispación en Madrid es alarmante, pero ni mucho menos generalizada. Aun así, advierten del riesgo de un “efecto contagio”.

Juan Manuel Moreno. Para el presidente andaluz, del PP, este lunes fue “un 12-O anormal, con mucha tensión”, que atribuye “al saludo frío de Pablo Iglesias al Rey tras atacar a la Monarquía” y a la declaración del estado de alarma en Madrid, donde observa una “fractura institucional total”. “En la periferia hay mucho más entendimiento, siguen en pie los puentes para dialogar que en Madrid se han roto y el ambiente social también es menos crispado”, opina. “El ambiente con Susana Díaz es bastante menos tenso y la relación con el ministro de Sanidad, dentro de las discrepancias, es cordial y fluida”, añade. “Me preocupa que se produzca un efecto contagio y que esa hiperconflictividad de Madrid, la capital, el centro mediático, se extienda. Veo mucho tacticismo. En una pandemia todos tenemos la obligación de empatizar con el adversario”. Preguntado por remedios, responde: “Sánchez y su equipo buscan la polarización. Ante eso tenemos que evitar favorecerla: reaccionar ante la radicalización del discurso con más moderación, y a las imposiciones con más diálogo. Hasta la extenuación”.

Alfonso Fernández Mañueco. “Estamos en uno de los momentos más difíciles de nuestra historia”, opina el presidente de Castilla y León, del PP, que apoyó las restricciones de movilidad planteadas en el Consejo Interterritorial de Salud. “Las comunidades limítrofes nos afectan más, pero el virus no entiende de ideologías ni de fronteras. Es el momento de la responsabilidad colectiva. Detener el virus y evitar su expansión implica sacrificios. No es fácil, pero cada esfuerzo obtiene su recompensa. Y ese sacrificio de los ciudadanos debe ser correspondido y honrado desde el diálogo político”, opina. “En Castilla y León buscamos la unidad con las fuerzas políticas y sociales. Prueba de ello es el pacto por la economía suscrito con la mayoría del arco parlamentario el 17 de junio. Todos tenemos que tener altura de miras para remar en la misma dirección. No es el momento de usar el diálogo como excusa para estar predispuesto a no cerrar acuerdos”, añade Mañueco, que reclama “herramientas jurídicas” al Gobierno antes del estado de alarma y una nueva reunión del Comité Interterritorial de Salud para “fijar criterios y saber actuar en consecuencia”.

Miguel Ángel Revilla. “Nunca he visto a la política tan devaluada y cainita, donde ni siquiera en una pandemia se concede nada al rival”, opina el presidente cántabro, del PRC. “Ha habido fallos por las dos partes, pero no me creo esa operación contra Madrid que vende Isabel Díaz Ayuso y creo que está generando mucha crispación en la gente”, añade. “Nuestra relación con Sanidad es absolutamente normal. Y hablo con otros presidentes y me dicen lo mismo. Ese enfrentamiento visceral solo ocurre en Madrid”. Le preocupa que la polarización termine afectándoles. “Hay que pactar los Presupuestos. Nos jugamos los fondos europeos”. “De las tres crisis simultáneas que tenemos, la sanitaria, la económica y la política, la peor es la política porque repercute en todo lo demás. Y ya lo último que nos faltaba era abrir el debate de la Monarquía, aunque en eso yo al PSOE lo veo muy firme en sus declaraciones de apoyo al Rey”.

Emiliano García Page. “El debate no es Monarquía o República; es entre los que estamos por el pacto constitucional, la estabilidad y la lealtad con lo que decidió el pueblo español o los que cifran sus expectativas políticas en poner todo patas arriba”, opina el presidente de Castilla-La Mancha, del PSOE.

Adrián Barbón. “En el acto nos hemos relacionado presidentes de autonomías de diferente signo político con normalidad absoluta, como es lógico. En Asturias estamos muy alejados de la polarización que pretenden algunos, quienes generan tensión en el Principado son muy minoritarios”, afirma el presidente asturiano, del PSOE, que atribuye el aumento de la crispación en otros lugares al “arraigo de Vox”.

María Chivite. “Los países donde hay unidad política están saliendo mejor de la pandemia”, dice la presidenta navarra, del PSOE, para quien “la instrumentalización política y el intento de patrimonialización por parte de la derecha de la figura del Rey” hace “flaco favor a la Monarquía”.

Ximo Puig. “El ambiente en el resto del país no es comparable al de Madrid”, afirma el presidente valenciano, del PSOE. “España tiene un problema: los análisis que se hacen con gafas madrileñas producen distorsiones importantes. El desequilibrio de la distribución de poder está produciendo un desequilibrio en la cohesión territorial”.

Ángel Víctor Torres. “En mi comunidad hemos sido capaces de aparcar diferencias y conseguir un amplio consenso, que permitió tener un pacto el 30 de mayo y un plan para la reactivación que ya está en el Parlamento regional”, afirma el presidente socialista canario, que también advierte de la necesidad de evitar un “efecto contagio”. “En esta época dura, las instituciones deben superar diferencias y caminar de la mano. El mensaje de polarización y de querer apropiarse de la figura del Rey y de la bandera hace que haya un fanatismo creciente al que hay que combatir”.

Guillermo Fernández Vara. “Vox no existe en Extremadura y eso hace que el PP no radicalice su discurso. En Madrid, la estrategia del PP es distinta”, opina el presidente extremeño, del PSOE. “Sobre la patrimonialización de la Monarquía, es un error. Soy de los que más veces ha prometido lealtad al Rey al cumplir distintas responsabilidades. No necesito decirlo, lo practico”.

Concha Andreu. La presidenta socialista de La Rioja presume de que en el Parlamento regional las propuestas, enmendadas, salen adelante. “La cogobernanza entre instituciones, sean del PSOE, del PP o de IU, funciona. Salvo un concejal en Calahorra, Vox no tiene representación”, subraya como uno de los motivos que contribuye a rebajar la tensión.


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