Vox se plantea suprimir las elecciones internas ante las denuncias de fraude

Abascal justifica una estructura piramidal en la que los dirigentes provinciales no sean elegidos por los afiliados

El líder de Vox, Santiago Abascal, sube la escalerilla del Congreso acompañado de diptados de su grupo, para presentar la moción de censura contra Sánchez el pasado mes de septiembre.EUROPA PRESS/E. Parra. POOL (Europa Press)

La forma más segura de evitar las denuncias de fraude electoral es que no haya elecciones. Esa es la conclusión a la que parece haber llegado Vox tras el aluvión de recursos y denuncias de irregularidades que ha rodeado sus elecciones primarias. La idea de sustituir los comités provinciales elegidos democráticamente por delegados designados a dedo por Madrid para evitar “zozobra y enfrentamiento” la lanzó el pasado viernes el líder del partido, ...

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La forma más segura de evitar las denuncias de fraude electoral es que no haya elecciones. Esa es la conclusión a la que parece haber llegado Vox tras el aluvión de recursos y denuncias de irregularidades que ha rodeado sus elecciones primarias. La idea de sustituir los comités provinciales elegidos democráticamente por delegados designados a dedo por Madrid para evitar “zozobra y enfrentamiento” la lanzó el pasado viernes el líder del partido, Santiago Abascal. En su opinión, esta organización jerárquica y piramidal respetaría el funcionamiento democrático que exige la Ley de Partidos.

Vox abrió el pasado 31 de agosto su proceso de elecciones primarias para renovar unos comités provinciales que habían concluido su mandato la pasada primavera. De las 52 circunscripciones (50 provincias y dos ciudades autónomas), solo en las 19 con más de 500 afiliados se abrió la carrera electoral, mientras que las 33 restantes quedaron en manos de gestoras designadas desde Madrid.

Tras concluir el periodo de recogida de avales para poder presentarse, el Comité Electoral dictaminó que solo en siete provincias había más de una candidatura que hubiera obtenido el aval del 10% de los afiliados, imprescindible para presentarse, por lo que declaró directamente ganadoras a las listas oficialistas de las otras 12. La bronca interna que provocó esta decisión fue tan ruidosa que el Comité Electoral tuvo que hacer públicos, con una semana de retraso, el número de avales obtenido por cada lista y prohibió que los afiliados pudieran reunirse sin autorización previa.

Finalmente, una vez celebradas las votaciones telemáticas, el Comité Electoral suspendió las elecciones primarias en tres de las siete provincias y ordenó repetirlas en Alicante, Jaén y Málaga, “tras haber constatado la existencia [de] infracciones de normas internas que han enturbiado el proceso electoral”.

Las nuevas votaciones telemáticas están previstas entre el 9 y el 13 de este mes, pero las dos que pugnaban en Jaén (incluida la de la exoficialista Salud Anguita, enfrentada al diputado Francisco José Alcaraz) se han retirado, por lo que al final del proceso solo en seis demarcaciones de las 52 posibles se habrán celebrado elecciones democráticas. Pero antes de que haya concluido, la dirección nacional ya ha lanzado la propuesta de cambiar los estatutos del partido para suprimir definitivamente las primarias.

Tras reconocer la “preocupación” porque los comicios internos “han generado divisiones y conflictos en algunas provincias”, el propio Abascal se planteaba pasado viernes en es.Radio “si sería mejor suspender este tipo de elecciones provinciales porque generan zozobra y enfrentamiento”. Y añadía que “existe un debate de fondo” sobre si un partido puede ser democrático “con una posición unitaria como el modelo de Estado que nosotros defendemos. Es decir: la asamblea, a través de todos los afiliados, elige a la Presidencia del partido y al Comité Ejecutivo Nacional y este puede tener delegados provinciales”, explicó.

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Se trata de que los afiliados se limiten a elegir al líder del partido y a la dirección nacional y de que los dirigentes provinciales (en Vox no hay organización autonómica) sean designados a dedo por Madrid, eliminando la votación de las bases. Trasladar este modelo de organización al Estado, como dice Abascal, supondría suprimir la elección democrática en municipios y comunidades autónomas.

El problema estriba en que las elecciones a los comités provinciales, con todas sus salvedades, son las únicas de carácter democrático celebradas por Vox desde que dejó de ser un grupo extraparlamentario, en diciembre de 2018.

La actual dirección nacional no ha sido votada por las bases. El pasado 7 de marzo Abascal renovó el cargo por cuatro años más sin ser refrendado por los afiliados. El Comité Electoral aseguró que la candidatura alternativa no había obtenido los avales necesarios para poderse presentar y dio por ganadora a la lista de Abascal, obviando el trámite de someterla a votación. Aquel proceso estuvo rodeado también de múltiples irregularidades: no se hizo público el número de avales obtenido por cada candidatura y un miembro de la lista de Abascal, la responsable jurídica Marta Castro, formaba parte del Comité Electoral, encargado de garantizar la limpieza del proceso.

La supresión de las elecciones democráticas internas es el último paso de un proceso que en los últimos años ha convertido a Vox en una estructura cada vez más jerárquica. En 2019 se suprimieron las elecciones internas a cargos públicos, de forma que la dirección nacional pudo elaborar las listas a las elecciones municipales, autonómicas, europeas y generales sin someterlas a consulta de las bases. La mayoría de los comités provinciales fueron sustituidos por gestoras y desde la dirección del partido se creó un aparato territorial paralelo formado por coordinadores que controlan varias comunidades autónomas, a modo de comisarios políticos, y por los vicesecretarios provinciales de Comunicación, Organización y Seguridad, que son contratados por Madrid.

La cuestión está en si esta estructura piramidal encaja en la Ley Orgánica de Partidos Políticos de 2002, que señala que su “estructura interna y funcionamiento deben ser democráticos”. Abascal no tiene dudas de que un partido así “puede ser perfectamente democrático". El cambio de estructura, en todo caso, requerirá un cambio de los estatutos de Vox en la próxima asamblea del partido. Por eso su presidente señala que es un debate “que hay que posponer”.

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