Ciudadanos busca aplicar en Cataluña su giro al centro

El partido tiende la mano al Govern para la reconstrucción con la línea roja infranqueable del ‘procés’

La líder de Ciudadanos en Cataluña, Lorena Roldán, a su llegada al Parlament el pasado jueves.Quique García (EFE)

Ciudadanos está intentando aplicar también en Cataluña su estrategia de dar un giro al centro para erigirse en un partido “útil y moderado”. Esas tres ideas sostienen el discurso de la formación de Inés Arrimadas, dispuesta a tender puentes con el Govern para reconstruir Cataluña social y económicamente. La línea roja infranqueable sigue siendo el procés. Tras un ciclo de pésimos resultados e...

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Ciudadanos está intentando aplicar también en Cataluña su estrategia de dar un giro al centro para erigirse en un partido “útil y moderado”. Esas tres ideas sostienen el discurso de la formación de Inés Arrimadas, dispuesta a tender puentes con el Govern para reconstruir Cataluña social y económicamente. La línea roja infranqueable sigue siendo el procés. Tras un ciclo de pésimos resultados en Cataluña —cero alcaldías y dos diputados en el Congreso— Cs, vencedor en las autonómicas de 2017, se juega su futuro en las próximas elecciones catalanas. “Serán nuestra última oportunidad de ser aquí un partido relevante”, admite un dirigente.

Lorena Roldán, candidata a la Generalitat, asegura que Cs no ha cambiado de gafas y que siempre ha puesto a las personas en el centro de su actividad. “Nuestra prioridad es salvar vidas y empleos. La ciudadanía nos pide que nos unamos para trabajar juntos”, dijo tras analizar el cierre de la planta de Nissan en Barcelona, que dejará en la calle a 3.000 trabajadores, y tender la mano al Govern.

No habrá cambiado, pero Cs, sea por la pandemia, el desplome en los sondeos —auguran que pueder dejarse la mitad de sus 36 escaños en el Parlament— o el acercamiento de Arrimadas a Pedro Sánchez, parece otro. “Es el mismo partido. Siempre hemos querido hablar de la Cataluña real. La mano tendida no es un cheque en blanco. Si vuelven con sus obsesiones separatistas nos tendrán enfrente”, insiste la diputada, que hace meses, en uno de sus gestos más polémicos, acusó al president Torra de dirigir “un comando” mientras exhibía una foto del atentado de ETA en Vic en 1991 en el que murieron 10 personas.

Cs se ha ofrecido a renegociar los presupuestos catalanes y a crear un foro de reconstrucción; se ha reunido con la consejera de Empresa, Àngels Chacón, y no habla de forma recurrente de elecciones como sí hacen ERC, PSC o En Comú. “Sinceramente no es el momento”, coinciden varios diputados, quienes recuerdan que la agenda pueda fijarla el Tribunal Supremo cuando decida si ratifica la inhabilitación de Torra.

El tiempo corre a favor de Cs para remontar el vuelo aunque en vísperas de decretarse el estado de alarma fuera el único grupo que anunció que recurriría los presupuestos de la Generalitat al Consejo de Garantías Estatutarias por no reflejar la realidad y alimentar el procés. La pandemia arrojó después imágenes nunca vistas: Carlos Carrizosa, su portavoz en el Parlament, participó en sesiones telemáticas convocadas por Torra, un modo de reconocer su legitimidad cuando semanas antes le llamaba “okupa” o “delincuente”. Arrimadas siempre se negó a reunirse con él por colgar del balcón del Palau la pancarta en favor de los “presos políticos y exiliados” que a la postre le puede acabar costando el cargo.

Desaparecida la política efectista de los carteles, ineficaz también en un Parlament con la actividad presencial a cuentagotas, la dirección remarca que el partido debe ser un instrumento útil. El PSC siempre ha sostenido que la victoria de Arrimadas en 2017 fue inocua y comunes e independentistas mantienen que solo sirvió para crispar más. Arrimadas ni siquiera se postuló como presidenta para la investidura —sabía que perdería— y la moción de censura que presentó Roldán en octubre pasado se saldó solo con una agria disputa con los socialistas y el único apoyo del PP.

Varios diputados críticos y otros que no se significaron celebran el viraje hacia al centro. Este grupo se ha opuesto a formar una coalición electoral con los populares. No será fácil que el pacto cuaje porque los dos partidos reivindican el cabeza de lista. La negociación está ahora congelada.

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