Urkullu se decanta por convocar las elecciones en julio sin el acuerdo de todos los partidos
El lehendakari prefiere llamar ahora a las urnas ante el peligro de un rebrote del coronavirus tras el verano
Iñigo Urkullu convocará las elecciones vascas previsiblemente en el mes de julio pese a no contar con el apoyo de todos los partidos políticos. Se agarra a criterios sanitarios para decantarse por celebrar los comicios antes de agosto, porque posponerlos más allá de septiembre tendría, a su juicio, el riesgo de coincidir con un repunte y empeoramiento de la crisis de la covid-19. Aún no ha anunciado oficialmente la fecha, pero las dos opciones que baraja son...
Iñigo Urkullu convocará las elecciones vascas previsiblemente en el mes de julio pese a no contar con el apoyo de todos los partidos políticos. Se agarra a criterios sanitarios para decantarse por celebrar los comicios antes de agosto, porque posponerlos más allá de septiembre tendría, a su juicio, el riesgo de coincidir con un repunte y empeoramiento de la crisis de la covid-19. Aún no ha anunciado oficialmente la fecha, pero las dos opciones que baraja son los domingos 12 y 19 de julio. A diferencia del pasado 16 de marzo, cuando se acordó por unanimidad suspender la cita del 5 de abril, esta vez no ha habido consenso pleno, por lo que el lehendakari, la única autoridad legitimada para convocar los comicios en Euskadi, hará uso de esta potestad para llamar a las urnas.
EH Bildu y Elkarrekin Podemos, segunda y tercera fuerzas respectivamente en el Parlamento, han vuelto a mostrar su disconformidad con unas elecciones ahora, como es el deseo de los partidos que sustentan el Gobierno vasco (PNV y PSE-EE). El PP no pone pegas a celebrarlas en julio si hay certezas para un desarrollo electoral normalizado.
El portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, ha afirmado que el lehendakari valorará la visión que le han trasladado los partidos en la reunión de este jueves y anunciará la fecha exacta de las elecciones. El propio Erkoreka ya ha dado alguna pista sobre la decisión final de Urkullu: “Hay que intentar constituir el Parlamento vasco cuanto antes”, ha dicho tras celebrarse la reunión con los partidos.
“Esta es la crónica de unas elecciones anunciadas. Desgraciadamente se ha impuesto el interés electoral. Todo ha sido un teatro, porque la decisión estaba tomada. Aquí va a pasar que se van a convocar unas elecciones tras levantarse la emergencia sanitaria en Euskadi, pero en el resto del Estado seguirá vigente el estado de alarma”, ha manifestado Arnaldo Otegi, líder de EH Bldu, al término de una reunión que ha durado unas horas.
La decisión de acudir a votar en julio está soportada en la favorable evolución de la pandemia, que en el País Vasco marca un “descenso mantenido” en las últimas semanas que podría prolongarse en las dos próximos meses, según ha explicado el portavoz Erkoreka. Además, ha remarcado que el mantenimiento del estado de alarma “no es obstáculo” para celebrar elecciones en Euskadi, como se recoge en el último real decreto del 8 de mayo que prorrogaba la situación de excepcionalidad en España.
El portavoz del Ejecutivo autónomo ha señalado que, si la situación de la epidemia sanitaria empeora y se produce un retroceso, “siempre quedaría la alternativa de septiembre” para convocar el proceso electoral. “Todo huele a elecciones en julio”, ha manifestado el candidato a lehendakari del PP y Ciudadanos, Carlos Iturgaiz.
Urkullu ha debatido con los partidos un informe sanitario, elaborado por técnicos del Departamento de Salud de su Gobierno, que plantea la “conveniencia” de celebrar los comicios antes de agosto a la vista de la evolución que está siguiendo la pandemia durante estas últimas semanas en el País Vasco. Julio sería una fecha más adecuada que los meses de septiembre u octubre, sostiene el citado informe, porque no existen “evidencias sólidas para saber con certeza la evolución del covid-19 a partir del verano”. Esta es precisamente la tesis que ha venido manteniendo el lehendakari, junto con los partidos que sustentan el Ejecutivo autónomo (el PNV y el PSE-EE), frente a EH Bildu y Elkarekin Podemos, partidarios de aparcar ahora la disputa electoral hasta después de agosto. El PP habría asumido también la posibilidad de votar en julio. Urkullu aseguró en una comparecencia en la Cámara vasca que unas elecciones ahora darían paso a un Parlamento y Gobierno “fuertes” en septiembre, por si entonces se diese un repunte de contagios.
Los técnicos sanitarios señalan que a partir de septiembre se corre el riesgo de producirse una “alta circulación” de la covid-19 coincidiendo en ese periodo con la llegada de la gripe estacional. En todo caso, de llamar a las urnas en julio, aconsejan adoptar “medidas específicas ad hoc”, tanto a o largo de la campaña electoral como durante la jornada electoral en los colegios de votación.
La Ley Electoral obliga a establecer un plazo de 54 días desde la convocatoria hasta que se celebren los comicios. El 12 y el 19 de julio son los dos domingos que baraja Urkullu para llamar a las urnas. Así, para que se pueda votar el 12 de julio, se tendría que firmar el decreto de elecciones la próxima semana, de ahí la premura con la que el lehendakari ha tratado de lograr el máximo consenso de los partidos para acordar la fecha.
El estudio jurídico que el jefe del Ejecutivo vasco ha facilitado a las formaciones también se inclina por el mes de julio porque posponerlo a los meses posteriores al verano, señalan, tiene el inconveniente de coincidir con la culminación del periodo natural de esta legislatura, que finaliza el próximo 25 de octubre. Como solución, los juristas plantean que se fije una primera fecha para celebrar las elecciones, preferiblemente en julio, y una segunda subsidiaria, tras el verano, por si en la primera no fuese posible por la evolución de la pandemia del coronavirus.
El lehendakari ha defendido que Euskadi cuenta "con mecanismos preventivos suficientes” para convocar las elecciones en julio y garantizar la seguridad y las condiciones sanitarias del proceso. Está dispuesto a revocar incluso el decreto autonómico que declaró a comienzos de marzo la emergencia sanitaria en esta comunidad autónoma, aunque a diferencia del decreto de suspensión de las elecciones gallegas, Urkullu no vinculó una nueva convocatoria electoral al levantamiento del estado de alarma.