PP y Vox concentran sus ataques en Iglesias para forzar su salida del Gobierno
Los populares y la extrema derecha pretenden presionar así a Sánchez para entrar a debatir los pactos para la reconstruccion propuestos por el presidente
PP y Vox se han fijado un primer objetivo político común: estrechar el cerco en esta crisis del coronavirus en torno a Pablo Iglesias, vicepresidente segundo y líder de Unidas Podemos, con el propósito de presionar así a Pedro Sánchez. Ciudadanos también, pero con otro tono y estrategia. El PP y la extrema derecha que encabeza Santiago Abascal pretenden forzar la caída de Iglesias para entrar a debatir los pactos de reconstrucción nacional, a imagen de los Pactos de la Moncloa del 77, propuestos por Sánchez. Ciudadanos, en tono menos beligerante, se ofrece para llegar a un acuerdo con Sánchez ...
PP y Vox se han fijado un primer objetivo político común: estrechar el cerco en esta crisis del coronavirus en torno a Pablo Iglesias, vicepresidente segundo y líder de Unidas Podemos, con el propósito de presionar así a Pedro Sánchez. Ciudadanos también, pero con otro tono y estrategia. El PP y la extrema derecha que encabeza Santiago Abascal pretenden forzar la caída de Iglesias para entrar a debatir los pactos de reconstrucción nacional, a imagen de los Pactos de la Moncloa del 77, propuestos por Sánchez. Ciudadanos, en tono menos beligerante, se ofrece para llegar a un acuerdo con Sánchez si huye del populismo.
El PP de Pablo Casado no está por la labor de facilitar estos pactos, y el líder popular ya descalificó esa oferta de Sánchez el jueves en el Congreso. “Son los pactos de las lentejas, un trampantojo y pide usted vasallos cuando no tenemos buen señor”, le soltó al presidente en su réplica. Fue ahí cuando fijó la posición de su partido para el momento en el que el jefe del Ejecutivo le convoque a la reunión que pretende mantener a finales de esta semana: “Si quiere pactos, venga al Parlamento y con los que respetan la Constitución”. Luego le acusó de mentir, de arrogante y de incompetente.
El PP, en cualquier caso, no ha querido decir todavía que Casado no acudirá a esa cita que denigra si el presidente le convoca. Casado repite en cuanto puede que está por un pacto “de las mascarillas y los test” y ha centrado el foco de sus ataques en la virulencia de la respuesta de la portavoz del Grupo Socialista, Adriana Lastra, el pasado jueves en el Congreso y en acusar al Gobierno de emprender una deriva radical en sus propuestas, sobre todo frente al sector empresarial, por culpa de las políticas de Pablo Iglesias.
En esa línea, la portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, declaró este sábado a una cadena televisiva argentina que la “extrema izquierda” con la que identifica a Podemos está imponiendo en la crisis del coronavirus una salida hacia la nacionalización: “Hay cierta tentación en movimientos políticos como Podemos, de extrema izquierda, de hacer una salida de la crisis hacia la nacionalización con un Estado más fuerte, más injerente [sic], con más gasto público y rompiendo un equilibrio entre lo público y lo privado”. Casado lo suscribe.
Fuentes de la dirección del PP reconocen que su objetivo es criticar y atacar a Iglesias e identificarle con el presidente, para debilitar a ambos.
La maniobra de Vox es mucho menos sutil. Su líder, Santiago Abascal, ya le dejó claro a Sánchez que “detesta” el modo y con quién gobierna y ha reclamado la dimisión tanto del presidente como de Iglesias para empezar a hablar de algo. Vox renuncia a saber nada de los pactos de reconstrucción aunque tampoco ha oficializado que daría plantón si le convocan. Sí ha adelantado una serie de condiciones, inasumibles para sus rivales, con el fin de constituir lo que llama un “Gobierno de concentración nacional”, que evidencian sus intenciones.
La secretaria general del grupo de Vox en el Congreso, Macarena Olona, las anticipó ya en el Congreso con una mascarilla con la bandera de España en la barbilla. Vox aspira a un Ejecutivo acordado con el PSOE y el PP (no incluye a Ciudadanos), del que formarían parte “personas de reconocido prestigio y técnicos” y enumeró expresamente a Rosa Díez, José María Aznar y Felipe González. Por ese orden.
La actitud de Ciudadanos es diferente, como su estilo de oposición estas semanas y, en especial, desde que estalló en toda su intensidad la crisis del coronavirus. En el debate del jueves, su portavoz adjunto, Edmundo Bal, ya tendió una “mano” leal y constructiva para colaborar. El viernes, su lideresa, Inés Arrimadas, se atribuyó en rueda de prensa telemática la autoría de los pactos de la reconstrucción, definió su actual tipo de oposición como “útil, responsable y constructiva” y anticipó que su partido participará en cualquier convocatoria unitaria. Eso sí, lanzó a Sánchez una disyuntiva: “Menos ideología populista, no hay que cambiar el sistema económico, ni enfrentar al sector público y el privado, ni atacar al Rey. ¿Nosotros o Pablo Iglesias y los globos sonda?”.
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