Podemos se reorganiza como un partido tradicional

Eliminar la limitación de mandatos buscaría atar la sucesión de Iglesias entre los miembros de su dirección

Pablo Iglesias, este domingo durante el acto de presentación de su candidatura.David Fernandez (EFE)

A las puertas de su tercer congreso, que se celebra el 21 de marzo, Podemos atraviesa su mejor momento. Son fuerza de Gobierno y no quedan ya sectores críticos a la gestión del líder. En medio de un clima balsámico, Pablo Iglesias ha propuesto cambios en la organización. Eliminar la limitación de mandatos, modificar el techo salarial de sus cargos públicos o diferenciar entre inscritos y militantes “al corriente de pago” hacen del próximo Podemos un ...

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A las puertas de su tercer congreso, que se celebra el 21 de marzo, Podemos atraviesa su mejor momento. Son fuerza de Gobierno y no quedan ya sectores críticos a la gestión del líder. En medio de un clima balsámico, Pablo Iglesias ha propuesto cambios en la organización. Eliminar la limitación de mandatos, modificar el techo salarial de sus cargos públicos o diferenciar entre inscritos y militantes “al corriente de pago” hacen del próximo Podemos un partido más parecido al resto.

Podemos nació en 2014 con el objetivo de gobernar y bajo la promesa de ser diferentes. Se presentaron como la gente común frente a la que señalaron como la casta del bipartidismo, PP y PSOE. Pero los años pasan, y lo que parece que fue ayer, fue hace seis años. La limitación de mandatos para cargos públicos e internos a ocho años abocaba a una salida inminente a los líderes del partido que no conoce otro secretario general que Pablo Iglesias.

La causa con la que Podemos hizo bandera en sus inicios fue languideciendo en cada congreso. En Vistalegre II se añadió un carácter “excepcional” para un mandato de hasta 12 años. Ahora el partido da un paso más. La permanencia en los cargos podrá prolongarse indefinidamente previa consulta a las bases.

Detrás de este cambio no estaría la intención de eternizar a Iglesias al frente del partido, sino la de atar a su relevo, según ha podido saber este periódico. Irene Montero, a la que siempre se ha señalado como sucesora, también estaría sujeta a esta limitación, así como otras figuras de la actual dirección. En la balanza para tomar esta decisión también ha pesado la posibilidad de que el Gobierno de coalición con el PSOE pudiera prorrogarse a una segunda legislatura. Un escenario hipotético que, sin embargo, los actuales líderes no querrían perderse.

“Yo estoy siempre a favor del límite de los mandatos. Es muy sano y muy democrático”, apunta Rubén Martínez Dalmau, vicepresidente segundo de la Generalitat valenciana (Podemos). El secretario general de Podemos en Galicia, Antón Gómez-Reino, cierra filas con Iglesias: “Había cuestiones difíciles de mantener para una organización que se quiere mantener en el tiempo e instalarse como fuerza de Gobierno”. El también candidato a la Xunta marca, sin embargo, una línea roja para el partido: la autosuficiencia económica sin necesidad de pedir dinero a los bancos.

El partido alega que detrás de esa causa está la eliminación del límite salarial a tres salarios mínimos interprofesionales (SMI). La medida se incluyó en el código ético de Podemos en 2014, cuando el SMI era de 645 euros. Fuentes de Podemos aseguran que con la subida actual a 950 euros, muchos cargos públicos dejarían de donar parte de su sueldo al partido. En su lugar, la dirección que salga del congreso de Leganés fijará una donación a todos sus cargos públicos que irá del 5% al 30% del salario. Un modelo parecido al del PSOE y el PP.

En el nuevo horizonte, y a fin de mejorar los ingresos del partido, Podemos contempla fijar una figura tan nueva para la formación como vieja para la política: el militante que paga su cuota. Un estatus más amplio y con mayor peso de decisión en los territorios que los hasta ahora inscritos (aunque estos seguirán teniendo derecho a voto en las consultas a las bases).

Más allá de la polémica generada por la publicación de los documentos este domingo, no se espera que se alcen voces internas en contra de la línea marcada por Iglesias. Podemos es ahora un oasis de paz alrededor del secretario general. Solo aquellos que ya están medio fuera alzan la voz: “Es una alteración sustancial de los fundamentos de ética política con los que se creó Podemos”, dice el exlíder en Madrid, Ramón Espinar. Pero ni a él, ni a sus críticas, los espera nadie el 21 en Leganés.

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