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En busca de la primera ola: los 18 mejores lugares de las costas españolas para iniciarse en el surf o el windsurf

Con miles de kilómetros de litoral repartidos entre el Atlántico, el Mediterráneo y el Cantábrico, España es un paraíso para instruirse en los secretos de este deporte. Subirse por primera vez a la tabla no es fácil, pero en estos lugares se puede tomar “la alternativa” con cierta tranquilidad

El Palmar, Andalucía: Muy cerca de Conil de la Frontera encontramos una de las mejores playas para surfear en Andalucía, apta tanto para principiantes como para los surfistas más atrevidos. La playa se extiende cinco kilómetros y es lamida por las olas de izquierdas y derechas, que en los días con viento de levante ponen a disposición del surfista unos tubos de impresión. Sus temperaturas suaves atraen a surfistas todo el año, que llegan para experimentar las encrespadas olas y, sobre todo, la animada vida de la costa gaditana. iÑigo arza (GETTY IMAGES)
Somo, Cantabria. Quizás la muestra más emblemática para todos los que han aprendido el arte de cabalgar las olas sea esta playa de Cantabria que se estira a lo largo de cuatro kilómetros plagados de picos en los que probar suerte. Multitud de escuelas de surf brotan en sus inmediaciones, por lo que suele estar bastante concurrida en temporada alta, aunque muchas veces eso también es parte de su atractivo. jordiphotography (Alamy)
La Mata, Alicante. Aunque son menos habituales entre los surfistas, las aguas del Mediterráneo también ofrecen algunos lugares interesantes a lo largo de toda la costa oriental de la península. Más concretamente, este pueblo de Torrevieja es uno de los que guardan celosamente este tesoro; sus pequeñas olas harán que parezca sencillo esto de cabalgar, sobre todo cuando, a continuación, reposemos las emociones en las arenas doradas de sus playas. Aleksandrs Tihonovs (Alamy)
Famara, Lanzarote. Otro lugar donde disfrutar de largas temporadas surfistas, sin importar los caprichos de las estaciones, es Lanzarote. Al norte se encuentra la playa de Famara, que tiene un agradable fondo de arena en pleno territorio volcánico. Rodeada de un entorno natural privilegiado, sus cinco kilómetros de longitud suelen ser batidos por los vientos, lo que también la convierte en un escenario privilegiado para aprender kitesurf o windsurf. Engelke (ullstein bild / Getty Images)
Barceloneta, Barcelona. Disfrutar de las bondades de la gran ciudad es una suerte que rara vez pueden disfrutar los surfistas. Excepto si viven en sitios como Barcelona. La Ciudad Condal también ofrece la posibilidad de aprovechar su tranquilo oleaje, como el que a veces regala su playa más célebre. Y quien busque más intimidad, puede acercarse a playas más tranquilas, como la de Vilassar de Mar o la de Montgat, ambas a pocos kilómetros de la capital catalana. David Ramos (GETTY IMAGES)
Rodiles, Asturias. Estamos ante una preciosa muestra de playa virgen, situada junto a la desembocadura de la ría de Villaviciosa. Olas potentes y rápidas chocan constantemente contra un entorno salvaje que protege arenas amables y tostadas. Se trata de una opción muy versátil, ya que con la marea baja ofrece tubos perfectos que rivalizan con los de cualquier otro lugar. Este popular lugar de peregrinaje local es una buena elección para sumergirse en el encanto del espíritu asturiano. makasana photo / Alamy
Salinas, Asturias. Referente del surf en nuestro país en general, y en Asturias en particular, es otro de los destinos ineludibles para novatos. Las constantes olas expelidas por el Cantábrico se harán con casi todas las energías del principiante, aunque si no es la primera jornada de estancia, seguro que los más avispados se las ingeniarán para encontrar un momento de descanso y tomar una buena sidra en uno de los restaurantes marineros de la zona, actividad casi tan satisfactoria como cabalgar una buena ola. Jorge Peteiro (Europa Press / Getty Images)
Los Locos, Cantabria. Suances no podía faltar en este listado y su playa de los Locos debería tener un puesto de honor en la libreta de viajes, ya sea para aprender a practicar surf en sus olas limpias y poderosas o para deleitarse con los productos locales de Cantabria. Olas todos los días del año y opciones para los surfistas más avezados sitúan a esta villa como uno de los lugares más icónicos de la escena cántabra. Xavier Fores y Joana Roncero (Alamy)
Corralejo, Fuerteventura. Esta isla está repleta de playas estupendas para practicar el surf y sus arenas son lugar de reposo habitual de una potente comunidad internacional. Para estar al día de sus cuitas, se puede acudir a alguna de las escuelas de Corralejo, villa canaria tradicional en cuyas inmediaciones se ocultan, además, bastantes lugares donde probar la propia pericia y rincones naturales perfectos para olvidarse de todo. Greg Balfour Evans (AlamY)
Sopelana, País Vasco. Tomar unas clases de surf al abrigo de los acantilados de Sopelana sirve, desde luego, para perder el miedo a tragar salitre. Aun así, los tranquilos paisajes que cuelgan sobre los arenales de Atxabiribil y Arrietara son suficiente atracción para no pensárselo dos veces. Después ya habrá tiempo de descubrir todo el encanto de la cultura local y la exigencia de las mareas de estos lares. Guillermo Avello (Alamy)
Zarautz, País Vasco. Bienvenidos, amantes de las olas grandes. Cuando ya se ha pasado del estado de iniciación, entra una fiebre por enfrentarse a retos mayores. Para muchos, esta es la capital del surf en Euskadi, con olas versátiles que la han convertido en un destino codiciado por todos. Además de suponer una de las mejores canteras del continente, esta playa guipuzcoana cuenta con múltiples picos que suelen acoger citas de los grandes campeonatos internacionales. Hay fondos de arena, olas maniobrables y muchísimo ambiente que permiten al advenedizo sumergirse de lleno en los tejemanejes del mundillo. Kerry Dunstone (Alamy)
Meñakoz, País Vasco. Y para los que ya tienen un cierto nivel, aquí tenemos una muestra del brutal poder del mar en las costas vizcaínas. Entre Sopelana y Barrika se encuentra este templo del surf, una ola casi sagrada, selecta y exigente, que puede levantarse hasta siete metros. No es raro ver gente expectante sobre los acantilados, pues el espectáculo está asegurado, principalmente porque aquí solo pueden cabalgar los elegidos. Wirestock / Alamy
Mundaka, País Vasco. En la desembocadura de la ría de Urdaibai, en Bizkaia, surge la gran ola de nuestras playas, la más codiciada, que ocupa su propio lugar en el podio del top 10 mundial. Una izquierda tan larga como idílica, que en sus condiciones más exigentes puede presentar hasta cinco metros de altura y casi 500 metros de longitud. Solo es apta para aquellos que sepan leer bien las olas y, a pesar de ello, es muy capaz de meterte en un aprieto si te encuentras dentro de sus poderosos tubos por muy experto que seas. Es muy fácil que la piel del surfista se lleve un duradero recuerdo si no cae como es debido. ian mcdonnell (GETTY IMAGES)
Playa de Razo, Galicia. No podía faltar un rincón gallego en esta selección, ya que el Atlántico más fiero también regala algunas de las mejores opciones para un baño difícil de olvidar. En el corazón de la Costa da Morte, la playa de Razo cuenta con picos de derecha e izquierda que abren sus puertas a aquellos con ganas de iniciarse en la materia, pero no por ello deja de tener opciones para los más avezados surfistas. El paisaje es sobrecogedor y hay mucho ambiente marinero. Xurxo Lobato (GETTY IMAGES)
El Brusco, Cantabria. Esta norteña comunidad autónoma es un destino infalible para los buscadores de olas, aunque algunas solo son aptas para los más valientes y avezados en la disciplina. Para cabalgar una de las mejores hay que dirigirse a la playa de Trengandín, en Noja, región bien conocida por sus verdes prados y sus postales de impresión. Los vecinos, conocedores privilegiados de estas aguas, son los primeros en comentarle al surfista que en los días duros este lugar no es apto para temerosos. jordi clave garsot (Alamy)
Playa de Pantín, Galicia. Regresamos a Galicia para descubrir la playa de Pantín, entre El Ferrol y Cedeira, con una de las olas más deportivas y míticas de nuestro territorio. Surf catedralicio en un paraje abrupto y encantador, que regala buenas olas todos los meses del año. Además, aquí se celebra cada otoño la longeva Pantín Classic, una de las pruebas más clásicas del surf en todo el mundo. ALAMY
El Quemao, Lanzarote. Esta isla es uno de los paraísos canarios del surf, tanto por la calidad de sus aguas como por ese clima que permite sacar la tabla de paseo durante todo el año y tantas horas como aguante el cuerpo. Se caracteriza por olas de aires místicos, durísimas y casi siempre peligrosas. Repleta de tubos profundos solo reservados a los expertos, este rompiente mágico se emplaza frente al pueblo de La Santa.simone tognon (Alamy)
El Confital, Gran Canaria. Conocido como el mejor rompiente de arrecife de derechas de todas las Canarias (lo que viene a situarlo también entre los mejores de toda Europa), este de Las Palmas es célebre a nivel mundial, tanto por sus robustos tubos como por su memorable entorno. Hablamos de fondos volcánicos cubiertos por una ola seria y potente, casi siempre copada por surfistas locales. A.J.D. Foto (Alamy) (Alamy Stock Photo)