Escalar cascadas heladas y otras experiencias invernales para disfrutar de Alberta al máximo
La provincia canadiense es un destino ideal para los amantes de la naturaleza y la adrenalina. Las frías temperaturas entre los meses de noviembre a marzo permiten realizar actividades épicas
Conocer Alberta (Canadá) en invierno es uno de los aciertos más grandes que he tenido como viajera. A pesar de que siempre huyo del frío en los destinos a los que viajo, la nieve y las temperaturas bajo cero que allí encontré fueron protagonistas de algunas de las aventuras más emocionantes de mi vida.
Entre los meses de noviembre y marzo, esta provincia ubicada al oeste del país es el escenario ideal para los amantes de la naturaleza y la adrenalina, pues aquí se pueden divertir entr...
Conocer Alberta (Canadá) en invierno es uno de los aciertos más grandes que he tenido como viajera. A pesar de que siempre huyo del frío en los destinos a los que viajo, la nieve y las temperaturas bajo cero que allí encontré fueron protagonistas de algunas de las aventuras más emocionantes de mi vida.
Entre los meses de noviembre y marzo, esta provincia ubicada al oeste del país es el escenario ideal para los amantes de la naturaleza y la adrenalina, pues aquí se pueden divertir entre montañas nevadas e infinitos bosques de coníferas. Este es un recuento de cinco de las mejores actividades que se pueden hacer en este gélido destino.
Patinaje salvaje en lagos congelados
El lago Louise, dentro del parque nacional de Banff, es una de las bellezas naturales emblemáticas de Canadá y el que ocupa la gran mayoría de sus postales. De las imágenes destaca el color esmeralda de su agua y la gran cordillera que lo rodea. Para mi sorpresa, el escenario veraniego de las fotos de las agencias de viajes se transforma en invierno, convirtiéndose en una de las pistas de hielo natural más envidiables del mundo.
Aquí me hospedé en el Fairmont Chateau Lake Louise, un exclusivo hotel que ofrece un gran beneficio: el acceso directo al lago y una vista en primera fila de las Montañas Rocosas canadienses. En sus instalaciones alquilan patines, algo no solo exclusivo para sus huéspedes. Deslizarse en el hielo liso, ver las piedras del lago a través de la transparencia del agua congelada y recorrer sus vistas a una velocidad en la que parece que se flota es un verdadero privilegio.
Escalada extrema en paredes gélidas
Cuando me vi enfrente de una cascada congelada con dos picos en las manos, no creí que fuera capaz de cumplir la tremenda osadía de subirla. La escalada en hielo, conocida aquí como ice climbing, es un deporte extremo que consiste en ascender formaciones inclinadas con la ayuda de cuerdas, piolets técnicos y crampones (puntas filosas que se encajan en el hielo y que se ajustan a botas de alta montaña).
Por mucho tiempo pensé que esta práctica únicamente la podían hacer las personas experimentadas, pero la confianza con la que mi guía me aseguró que lo lograría me dio una esperanza. La actividad es una inyección de adrenalina y la técnica está en encajar los piolets con fuerza y precisión en el hielo, lo que te permite ascender poco a poco. Al inicio sentí miedo, pero conforme escalaba el temor se transformó en un coraje que al llegar a lo más alto de la cascada liberé con un grito victorioso. Sugiero contratar el servicio de Yamnuska Mountain Adventures, un grupo de expertos que te introducen a este deporte extremo.
Vuelo sobre las cordilleras blancas de Alberta
Una de mis paradas fue Canmore, un pueblo ubicado al oeste de Alberta en el que se puede hacer una excursión memorable. Llegué hasta la puerta de Alpine Helicopters, una empresa que ofrece vuelos en helicóptero.
Después de despegar se abrió ante mis ojos el perfil de una infinita cadena de montañas nevadas con formaciones perfectas. Recuerdo haber dicho que era un paisaje demasiado impactante como para asimilarlo. La sorpresa siguió superándome cuando el piloto aterrizó la aeronave en medio de un valle y nos dio raquetas de nieve con las que hicimos senderismo. Teniendo a pocos metros la inmensidad de las rocas, caminamos bosque adentro hundiéndonos entre capas de nieve; en una divertida y un tanto retadora caminata. El costo de la experiencia depende de la cantidad de minutos que dure el vuelo, pero vale cada centavo.
En un trineo tirado por perros
Incluso antes de los caballos, en América del Norte los humanos dependían de los perros para transportarse. En la actualidad, subirse a un trineo tirado por canes es una actividad turística que tiene un trasfondo ancestral. Alberta es uno de los mejores destinos para vivirlo porque cuenta con empresas calificadas y entornos como el parque nacional de Banff y las Montañas Rocosas de Canadá.
Mi historia comenzó cuando conocí a estos hermosos animales entrenados para correr; son tan dóciles que permiten que los acaricies e incluso que los alimentes (por cierto, comen enormes trozos de carne). Es muy sorprendente ver cómo su comportamiento cambia conforme transcurre el tiempo; de estar tranquilos en minutos pasan a estar ávidos de hacer ejercicio y exigen a ladridos que comience la andanza. El trineo es jalado por más de seis perros que, a toda velocidad, cruzan bosques y valles nevados. El cuadro completo es de ensueño: los caninos, el paisaje y tú en medio de todo esto cubierto por cobijas. La agencia Banff Adventures se especializa en esta actividad y otras aventuras invernales.
Relajación total en aguas termales
Las piscinas de aguas termales en Alberta son el anhelo de todo aquel que busque sacudir el estrés y destensar los músculos del frío. Existen varios centros con albercas que se encuentran entre cordilleras y bosques. Mi visita la hice a Banff Upper Hot Springs, un complejo ubicado en el parque nacional de Banff. Esta piscina al aire libre tiene una vista inmejorable de paisajes nevados y se encuentra en las cercanías de la cima de la montaña de Sulphur, en donde el agua termal fluye naturalmente a través de una grieta (de hecho, la montaña recibió su nombre en 1916 por las aguas termales en sus laderas más bajas). Es un agasajo relajar el cuerpo en aguas de hasta 32 grados centígrados mientras se admira este escenario que parece una pintura en movimiento.
Alberta cambió mi perspectiva de los destinos nevados e incluso del invierno. Me mostró que los panoramas blancos son artísticos e inspiradores, y que algunas de las historias más alucinantes se viven en grados bajo cero.
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