Dónde comer en Bangkok: de sopas picantes y ‘pad thais’ a brochetas de escorpión

Un puesto callejero con estrella Michelin, las lujosas azoteas de los grandes rascacielos o los patios de comida, la capital tailandesa es uno de los mejores destinos para dejarse seducir por la gastronomía asiática

Brochetas de escorpión en un mercado local en la Kao San Road, en Bangkok (Tailandia).PAUL BIRIS (Getty Images)

Sopas picantes con leche de coco, ensaladas con papaya o mango verde, pad thais, curris de cangrejo, pollo, gambas o cerdo y hasta saltamontes fritos o brochetas de escorpiones son algunos de los platos más celebrados de una de las principales capitales gastronómicas de Asia: Bangkok. En ella, los variados manjares de la cocina tailandesa y china pueden probarse en una gran diversidad de establecimientos: desde los puestos callejeros ―uno de ellos galardonado con una estrella Michelin...

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Sopas picantes con leche de coco, ensaladas con papaya o mango verde, pad thais, curris de cangrejo, pollo, gambas o cerdo y hasta saltamontes fritos o brochetas de escorpiones son algunos de los platos más celebrados de una de las principales capitales gastronómicas de Asia: Bangkok. En ella, los variados manjares de la cocina tailandesa y china pueden probarse en una gran diversidad de establecimientos: desde los puestos callejeros ―uno de ellos galardonado con una estrella Michelin― hasta los lujosos salones y sky gardens (azoteas) de los mejores hoteles, sin olvidar los patios de comida de los centros comerciales, los mercados y los locales más tradicionales.

Se dice que los tailandeses comen a todas horas y ello se comprueba en un paseo por cualquier calle del centro de la ciudad, donde los numerosos restaurantes y puestos callejeros están siempre muy concurridos. Y muchos se preguntan por qué, siendo así, en general, los tailandeses están delgados. La respuesta es muy sencilla: la dieta tailandesa es sana, nutritiva y baja en calorías.

Un restaurante ideal para empezar la inmersión en la gastronomía thai más auténtica es el Krua Aroy-Aroy (1 Pan Road, esquina Silom). Hay que tener en cuenta que no está abierto para cenas, así que este es el lugar donde almorzar su sopa tradicional tom yam kung, entre las más auténticas y caseras de Bangkok. Una delicia que mezcla salsa picante y de pescado, leche de coco, lemongrass (citronela), zumo y hojas de lima, jengibre, chiles y cilantro, y a la que se añade tomate troceado, setas y langostinos pelados. Los fogones donde cocinan las mujeres que regentan este sencillo local de pocas mesas se encuentran a la vista de los clientes, así como el surtido de especias y plantas aromáticas que utilizan para condimentar. Es buena idea atreverse con un intenso curri verde de cerdo, suavizado con leche de coco, ingrediente omnipresente también en los curris rojos o amarillos. Este pequeño local no tiene pérdida, está frente al templo hindú de la avenida Silom.

Al atardecer es un buen momento para acercarse al Chinatown de la capital tailandesa y visitar sus exóticas pagodas y templos, como el Wat Traimit, o templo del Buda de Oro, y curiosear en los misteriosos sois (callejones) donde se despliegan los productos más extravagantes de la cocina y farmacopea china. Para evitar el continuo atasco de tráfico que sufre la ciudad hasta bien entrada la noche, lo mejor es acercarse hasta aquí en uno de los ferris que surcan la gran arteria fluvial que es el Chaopraya o en metro hasta la estación de Hua Lamphong. Este es un barrio fundamental para la mejor gastronomía china, tan presente en Tailandia. En Chinatown hay un montón de opciones estupendas. The Canton House (530 Yaowaraj Road) sirve un excelente dim sum en una atmósfera relajada, y, al otro lado de la calle, el bar y restaurante Red Rose del atractivo hotel Shanghai Mansion, con una acertada ambientación inspirada en los años veinte, es muy divertido para tomar un cóctel o un delicioso pato laqueado si las ligeras empanadillas chinas le han dejado a uno con ganas de más.

Y si, pese a encontrarnos en Chinatown, estamos pillados por los manjares tailandeses, las dos ruidosas y divertidas terrazas contiguas, T&K y Lek & Rut Seafood, con menús muy similares y situadas en la esquina de Yaowaraj con Phadung Dao, están especializadas en platos de pescado y marisco: almejas en salsa picante, curri de cangrejo, ensalada de ostras, frutos de mar con papaya… se hace la boca agua leyendo la carta. También muy cerca, en Thanon Plaeng Nam junto a la confluencia con Yaowaraj, el puesto callejero Krua Phornlamai se ha ganado una merecida reputación por su wok de pàt kêe mow, fideos fritos con gambas, chiles y especias.

Después de una noche en el ajetreo de uno de los barrios chinos más genuinos del mundo, quizá apetezca una comida o cena relajada y sofisticada, por lo que puede ser el momento de reservar en alguno de los magníficos restaurantes ubicados en los hoteles más lujosos; varios de ellos en azoteas o pisos altos con espléndidas vistas sobre la ciudad. Así, el Saffron es el restaurante situado en el sky garden más alto de Bangkok, en la planta 52 del fastuoso hotel Banyan Tree, en 100 Sathorn Thai Road. Aunque su ambiente es elegante, su carta se define como casual o incluso como modern street food (comida callejera moderna): platos de pollo, cerdo o pato aderezados con lima, chiles y jengibre, salmón a la menta y algunas otras originalidades.

Si hay algo obligatorio para un viajero en Bangkok es comer al menos en una ocasión (lo más probable es que repita varias veces) en algún puesto de comida callejera. La de la capital tailandesa es deliciosa, económica, sana, limpia y segura. En los puestos de Kao San Road, la calle favorita de los mochileros, y su adyacente Soi Rambutri se cocinan al aire libre sobre unos carritos unos típicos pad thais, generalmente vegetarianos: fideos de arroz con huevo, cacahuetes, pimientos, zanahoria u otras verduras y condimentados con zumo de lima, cebolla, cilantro y salsa de ostras, todo salteado en un wok. A veces también pueden llevar gambas, pollo o cerdo troceados. Los trotamundos más intrépidos pueden aventurarse en estas mismas calles con los saltamontes fritos e incluso las brochetas de escorpiones negros, aunque sea solo para hacerse un selfi.

Un puesto callejero con estrella

El rey de los puestos callejeros es hoy, sin ninguna duda, el Jay Fai (327 Maha Chai Road), en pleno centro, cerca del templo Wat Saket o de Kao San. Su prestigio se debe a que es uno de los poquísimos locales de este tipo que ostenta una estrella Michelin ―los otros dos están en Singapur― y, por tanto, algunos de sus platos pueden tener unos precios parecidos a los de los restaurantes más caros de Bangkok (unos 30 euros). Con más de treinta años de historia, al frente de los fogones está la señora Supinya, siempre pertrechada con unas enormes gafas de buceo mientras prepara en el wok sus platos estrella: tortilla de cangrejo, glass noodles (fideos) con frutos de mar o sopa tom yam kung. Por aquí se han dejado caer estrellas de Hollywood de la talla del oscarizado Russell Crowe.

Jay Fai cocinando en el puesto callejero de la capital tailandesa que lleva su nombre, reconocido con una estrella Michelin.Anusak Laowilas (NurPhoto via Getty Images)

Otra costumbre típica de Bangkok es almorzar o cenar en los patios de comida, los food courts, como los que se encuentran el centro comercial MBK, donde se pueden probar muchas especialidades thais, chinas y de algunos otros países asiáticos y también internacionales, o en mercados al aire libre como el Asiatique The Riverfront (2.194 Charoen Krung Road), cuyos puestos se trasladaron hace una década desde su ubicación histórica en el parque Lumpini.

Para algunos viajeros, Bangkok es la ciudad más divertida del mundo; para casi todos, es una de las que mejor se come del planeta.

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