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Un viaje por los cielos nocturnos

De las auroras boreales del Ártico a los cielos más brillantes del Atlántico, y de los observatorios sobre las cimas alpinas a los instalados en islas mediterráneas

Los astrónomos llevaban décadas suponiendo que en el firmamento tenía que haber cuerpos celestes más grandes que los planetas, pero no lo bastante grandes para liberar la energía que requiere brillar como el Sol. Finalmente, en 1995, la hipótesis fue confirmada en el Observatorio del Teide, situado en el pico homónimo, en iac.esCzermak Photography (getty images)
Quien busque la localización ideal para rodar una persecución trepidante por bosques oscuros, aquí la tiene. Y quien simplemente quiera mirar el firmamento, tampoco debería dejar de visitar este famoso parque natural del Reino Unido. Desde 2009, Galloway se considera Dark Sky Park, estatus que lo protege de la contaminación lumínica. Hasta el pasado mes de junio, en el Scottish Dark Sky Observatory se podía admirar el cielo estrellado con el telescopio de su cúpula, de cinco metros de alto. Pero un incendio ha destrozado sus instalaciones. Aunque lo cierto es que ya a simple vista resulta impactante. En la foto, la Via Láctea vista desde el Galloway Forest Park.
Más información: forestryandland.gov.scot
Simon Robertson (getty images)
En Brecon Beacons, uno de los tres parques nacionales galeses, esperan las vacaciones perfectas para aficionados a la astronomía, con divertidas actividades al aire libre. Esta zona protegida al sur de Gales ofrece, de día, la oportunidad de salir a caminar, montar en bicicleta de montaña, cabalgar, escalar, volar en ala delta y hacer piragüismo. Cuando la oscuridad cubre montañas, arroyos y pantanos, el entretenimiento viene del cielo. Como Dark Sky Reserve, el parque está protegido de contaminación lumínica. Si hay lluvias de meteoritos u otros fenómenos galácticos, se montan los telescopios. Del 24 al 26 de septiembre, se organizará el Dark Sky Festival 2021, que también tendrá actividades online.
Más información: breconbeacons.org
Matt Gibson (getty images)
Al suroeste de Irlanda se encuentra el condado de Kerry, una idílica región costera salpicada de calas, islas, verdes cerros… y no mucho más. Pero justamente ahí reside su encanto. Esta Dark Sky Reserve es una de las cuatro que hay en todo el mundo con estatus de oro, y la única de ellas situada en el hemisferio Norte (distinción que otorga la International Dark-Sky Association, cuyo objetivo es proteger la oscuridad y combatir la contaminación lumínica). Ver reflejadas las estrellas del firmamento sobre las aguas de las numerosas playas de la zona es una de las experiencias más impactantes que se pueden tener en este rincón de Irlanda.
Más información: kerrydarkskytourism.com
David Cotter (getty images)
En el año 258 a san Lorenzo se le exigió, como administrador de los bienes de la Iglesia, que entregase el tesoro al emperador romano. En lugar de eso, le presentó el “verdadero tesoro de la Iglesia”: un grupo de pobres, enfermos, viudas y huérfanos. De modo que lo ejecutaron. Cuenta la leyenda que, el día de su muerte, siguen viéndose caer sus lágrimas: una lluvia de estrellas fugaces que cada año se admira por todo el mundo a mitad del mes de agosto. croatia.hrNino Marcutti (alamy)
La Tierra está rodeada de una funda que resplandece a veces en lila, a veces en verde. Son los átomos de oxígeno de la atmósfera los que causan esta luminiscencia nocturna. Aquí, en uno de los lugares más oscuros de Alemania, puede admirarse tal fenómeno en las noches sin Luna. El Sternenpark Westhavelland, en el Estado de Brandenburgo, ofrece acogedores apartamentos de alquiler con vistas al mar, con tumbonas desde las que el día a día parece, como mínimo, tan lejano como la Vía Láctea.
Más información: sternenpark-westhavelland.de
Agencja Fotograficzna Caro (alamy)
Para los vikingos, las auroras boreales eran reflejos de las armaduras de las valquirias. Luego la ciencia despojó a este fenómeno de su carácter mágico, pero no de su fascinación. En Islandia resplandecen muchas noches entre septiembre y abril, siempre que la Luna y las luces artificiales no estorben demasiado la oscuridad y no haya nubes. La agencia meteorológica islandesa ofrece incluso una previsión de su visibilidad. En la imagen, la aurora boreal sobre el glaciar de Breiðamerkurjökull, ubicado en el sudeste del país.Arctic-Images (getty images)
Papá Noel difícilmente habría podido buscar un rincón más bonito e idílico para su taller de regalos. Entre noviembre y marzo, el norte de Laponia dormita pacíficamente bajo una gruesa capa de nieve. Muchas noches, resplandece en lo alto la aurora boreal. Produce irisaciones verde-amarillas, rojas y violetas en el lienzo del cielo, repleto de estrellas. Lo mejor es reservar un iglú con techo de cristal. En la foto, la aurora boreal sobre un bosque de Nellim, en la Laponia finlandesa.
Más información: visitfinland.com
Thomas Niedermueller (getty images)
¿Observar un cielo estrellado sobre las grandes ciudades? Resulta complicado. El pueblo de Grossmugl (Austria), situado a unos 40 kilómetros al norte de Viena, quiso dar acceso al cielo nocturno también a los habitantes de las metrópolis cegados por la luz artificial. Así, en 2014 abrió una senda temática astronómica. El camino se extiende por un kilómetro y medio y cuenta con carteles informativos que traen a la Tierra la fascinación por el cielo. Hoy esta pequeña localidad de 1.500 almas se llama Großmugl de la Vía Láctea.
Más información: project-nightflight.net
image by project-nightflight.net
Quien quiera ver Virgo, Casiopea o Tauro en Europa, mejor que suba a las montañas. En los Alpes, ciertas zonas de esquí han sabido sacar partido de su oscuridad: en la estación alpina de Schareck, en el parque nacional austriaco de Hohe Tauern, hay a disposición de los visitantes cuatro telescopios desde los que ver nítidamente los planetas. El albergue Großglocknerhaus, en Heiligenblut, ofrece incluso paseos nocturnos. Una zona natural protegida en la que también se encuentra el monte Grossglockner, que con sus 3.798 metros es la segunda montaña más alta del país.
Más información: austria.info
Alberto Perer (alamy)
Belvedere Quattrocchi (cuatro ojos, en español) es como se llama el mirador más famoso de Lípari, la mayor isla del visitsicily.infoMarco Crupi (getty images)
En el centro de Creta, al pie del monte Psiloritis, a 2.500 metros de altura, una inquieta madre trajo al mundo a su hijo en una oscura gruta. Según cuenta el mito, parece ser que quería proteger a su pequeño de que su padre, obsesionado por el poder, lo matara. Así que el pequeño Zeus creció bajo la custodia de las ninfas. Hoy es esta deidad quien vigila el cielo que, desde este observatorio a 1.760 metros, impone especialmente. En verano es habitual que también los visitantes puedan usar los telescopios.
Más información: skinakas.physics.uoc.gr
getty images
Un refugio de diseño realmente alternativo: el Starlight Room es una especie de trineo de madera climatizado con techo de cristal a 2.055 metros de altura en las cumbres de los Dolomitas. Es decir, que desde la cama puede uno admirar el espectacular fenómeno de la enrosadira, momento en el que cuando se pone el Sol, el astro inunda en un rojo de fuego las cimas de estas montañas. De noche, la Vía Láctea se estira sobre las acogedoras cabinas acristaladas. En la foto, una noche estrellada en las Tres Cimas de Lavaredo, patrimonio de la Unesco en los Dolomitas italianos.Doctor J. (getty images)
Actualmente, en Europa se protege de luces artificiales a la oscuridad en un total de 19 Dark Sky Parks, zonas naturales protegidas que garantizan la visión de las estrellas en las mejores condiciones posibles. En el Zselic Starry Sky Park, un área protegida desde 2009 y ubicada en el sur de Hungría, la Vía Láctea y la luz zodiacal pueden admirarse ya a simple vista en noches claras. Para todos los que quieran ver más hondo en el firmamento, hay también telescopios en un observatorio (en la imagen).
Más información: zselicicsillagpark.hu
Istvan Csak (alamy)
Explorar las maravillas de la galaxia en familia. Eso es lo que propone el complejo Euro Space Center, a unos 130 kilómetros al sur de Bruselas. Allí, los visitantes recrearán el vuelo del Apolo 11 a la Luna o admirarán en el planetario la Vía Láctea y la nebulosa de Andrómeda. Imprescindibles resultan los paseos por Marte o la Luna, en los que la gravitación y el entorno intentan emularse con la ayuda de gafas de realidad aumentada. Por la temperatura no hay que preocuparse: sigue como en la Tierra.
Más información: eurospacecenter.be
Arterra/Universal Images Group (getty images)
Entre el Sol y Neptuno hay unos cuatro millardos y medio de kilómetros. La senda planetaria de Vaduz (Planetenweg) los reduce a cinco abarcables kilómetros dispuestos de manera tal vez no cósmica, pero más o menos rectilínea. Entre la Tierra y Marte no hay sino un agradable paseo junto al Rin con vistas a los Alpes suizos. Y otra ventaja tiene esta senda planetaria frente a un auténtico viaje sideral: en el camino hay bancos y mesas para hacer pícnic y desde los que se puede admirar la belleza de nuestro planeta. En la imagen, vista de la Luna desde Vaduz.
Más información: tourismus.li
Martin Gstoehl (getty images)
darkskyalqueva.comHoracio Villalobos (getty images)
Desde esta cumbre a 2.877 metros de altura, en días claros se dominan los 300 kilómetros de los picdumidi.comSergi Boixader (alamy)