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Donosti 'gourmet', de barra en barra

Diez pintxos inolvidables en una ruta por San Sebastián, donde la comida es una pasión de todos los días

‘Risotto’ de hongos e idiazábal del restaurante Gandarias, en San Sebastián. Al dente, aromático y meloso, este es uno de sus pinchos calientes más solicitados de Gandarias.Gonzalo Azumendi
Desde 1928, en la Bodega Donostiarra se viene trabajando con conservas y encurtidos. Aquí se creó el Indurain, pincho en honor al famoso ciclista compuesto por un taco de bonito con anchoa, piparra y cebolleta.Gonzalo Azumendi
A día de hoy, el mini completo con bonito, anchoa y guindilla se mantiene imbatible en la Bodega Donostiarra.Gonzalo Azumendi
A Fuego Negro es uno de los restaurantes más singulares del barrio viejo de San Sebastián.Gonzalo Azumendi
Un pincho renovador de A fuego negro: minihamburguesa de kobe con pan de kétchup, mayonesa de salmorejo, lechuga y aros de cebolla, acompañada por chips de plátano macho.Gonzalo Azumendi
La Cueva se ubica en uno de los edificios más antiguos de la parte vieja donostiarra, milagrosamente salvada del incendio de 1813.Gonzalo Azumendi
Famoso por su plancha, el pincho de champiñones de La Cueva ha aportado mucha felicidad al ser humano y es uno de sus clásicos más buscados. Platos de temporada elaborados con productos frescos.Gonzalo Azumendi
La Cuchara de San Telmo es un imprescindible local de 'pintxos' bajo comanda. Eso sí, encontrar sitio en la barra no es tarea fácil.Gonzalo Azumendi
La carrillera de ternera de La Cuchara de San Telmo es un pincho destinado a deshacerse en la boca y a trastocar el norte de cualquiera. Ejemplo brillante de alta cocina en miniatura.Gonzalo Azumendi
Sirimiri (Nagusia, 18) es un bar de exquisita modernidad, tan generosa en fusión como en cócteles.Gonzalo Azumendi
Gilda es uno de los pintxos donostiarras emblemáticos. Se dice que se creó en los años cincuenta durante un festival de cine en honor a Rita Hayworth. Una tierna anchoa en salazón del Cantábrico abrazada a tres piparras vascas en vinagre (guindillas) y una aceituna rellena. La de Sirimiri nunca falla. Un pincho fresco, ligero, estilizado y picante. Igual que la Hayworth.Gonzalo Azumendi
Nestor fue el primer bar en demostrar que un chuletón se puede comer de pie. Solo hay una mesa, la mítica 19, y está muy solicitada.Gonzalo Azumendi
Néstor es la demostración apabullante de que la calidad del producto manda. Para muestra, este plato: ensalada de tomate. Tomate con sabor a tomate. Desde 1980, Néstor es un elogio de la sencillez. Aquí no hay ostentaciones ni acrobacias.Gonzalo Azumendi
Con más de 25 años, Ganbara es una reputada barra de pinchos comprometida con los productos de la tierra.Gonzalo Azumendi
Este exquisito 'pintxo' de Ganbara (Surtido de setas con yema y ‘foie’ fresco) se compone de hongos, xixa hori, trompeta negra y Amanita caesarea. Da cosa tocar el plato, pero nunca fue tan placentero mancharlo de yema porque se disfruta más del gusto que de la vista.Gonzalo Azumendi
Desde hace más de 80 años, Txepetxa es el templo de la anchoa. Lo demuestra el surtido de anchoa con paté de olivas negras (tapenade), anchoa con erizo de mar, anchoa con crema de centolla y anchoa marinera.Gonzalo Azumendi
En Txepetxa, la actriz Glenn Close pidió el surtido de ocho anchoas (que normalmente es para dos) y se llevó de recuerdo unos vasos con el nombre del bar.Gonzalo Azumendi
La Viña, en la calle 31 de agosto, hay que probar su eterna tarta de queso crema.Gonzalo Azumendi
He aquí un postre luminoso, delicado y cremoso: la tarta de queso crema de La Viña. Pese al tamaño de la ración, la opción de repetir se contempla desde el primer bocado. En esos momentos se aconseja mantener la calma, o tirar de chequera, porque se puede comprar la tarta entera, eso sí, a 45 euros.Gonzalo Azumendi
Vista del Club Náutico de San Sebastián, cerca del muelle, obra maestra del racionalismo español proyectada por José Manuel Aizpurúa.Gonzalo Azumendi
Varias personas junto a la barandilla 'belle époque' del paseo de La Concha, en San Sebastián, obra del que fue arquitecto municipal Juan Rafael Alday.Gonzalo Azumendi
Tres mujeres muestran un pincho a la puerta del bar Gandarias.Gonzalo Azumendi
Carril bici frente al Kursaal de San Sebastián.Gonzalo Azumendi
El Peine del Viento, conjunto escultórico de Eduardo Chillida en un extremo de la bahía de La Concha.Gonzalo Azumendi
Mapa de San Sebastián con los distintos bares donde probar 'pintxos'.Javier Belloso