Una casa de comidas a la última

Si por votación popular se eligiera el restaurante del año en Cantabria con toda probabilidad el lugar elegido sería La Bicicleta. ¿Qué factores determinan su éxito? ¿Por qué acumula listas de espera? Sus argumentos no dejan lugar a dudas. Ofrece una correcta cocina casera de corte contemporáneo en la que se entremezclan lo tradicional y lo lejano. El servicio es risueño, el local acogedor y los precios moderados. Una casa de comidas a la última al alcance de bastantes bolsillos.

De la sensibilidad de este establecimiento, que regentan la pareja Eduardo Quintana y Cris Cruz, hablan dos ...

Si por votación popular se eligiera el restaurante del año en Cantabria con toda probabilidad el lugar elegido sería La Bicicleta. ¿Qué factores determinan su éxito? ¿Por qué acumula listas de espera? Sus argumentos no dejan lugar a dudas. Ofrece una correcta cocina casera de corte contemporáneo en la que se entremezclan lo tradicional y lo lejano. El servicio es risueño, el local acogedor y los precios moderados. Una casa de comidas a la última al alcance de bastantes bolsillos.

De la sensibilidad de este establecimiento, que regentan la pareja Eduardo Quintana y Cris Cruz, hablan dos detalles, el pan y el café, que se descuidan en muchos restaurantes y aquí proceden de dos firmas con garantías. Lástima que los panecillos sean pequeños (pésima opción), resulten resecos y se malogre la buena intención de la casa. Desde los primitivos huevos fritos con patatas y pimentón, especialidad con la que sus promotores comenzaron su andadura hace cuatro años, hasta el momento actual ha trascurrido un periodo de experiencias personales. Entre sus propuestas conviven las rabas de calamar, los pescados al horno y la ensalada de bonito, recetas con hondo arraigo en Cantabria, junto al ceviche de lubina, los maki sushi nipones, el solomillo estilo Thai y el pato a la naranja. Puro cosmopolitismo culinario. “Nos inspiramos en nuestros viajes para ofrecer cosas originales”, asegura Quintana. “Adaptamos recetas sin abusar del picante ni de las especias”.

Son acertadas sus croquetas de jamón, y solo correctas las rabas de calamar con aros de cebolla. Pasa sin desentonar el risotto de hongos boletos con abundante parmesano, y apenas cumplen los fish & chips de rebozo muy grueso, que se preparan con merluza y se presentan con patatas fritas y alioli. Decepciona la hamburguesa de rabo con fuagrás, demasiado contundente, en compañía de unas patatas chips caseras excepcionales. Si se opta por los pescados conviene preguntar por los frescos del día, que se hacen al horno de forma acertada y se presentan con patatas panadera.

Tampoco los postres se apartan de la línea. Tanto el apple crumble como el brownie con helado, ambos de resolución casera, son mejorables.