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Volando voy

La sensación de volar se consigue bajo techo en el túnel de viento recreativo de Empuriabrava, marina residencial en la gerundense Bahía de Rosas

Es el único existente en España, y por él han pasado, en su primer año de vida, más de 65.000 personas.
La experiencia en sí es breve pero intensa: unos dos minutos, más o menos como un salto en paracaídas.
La actividad completa (con una pequeña clase teórico-práctica y la colocación del equipo) tiene una duración aproximada de hora y media.
El chorro de aire varía en función del peso y tamaño de aspirante a Ícaro, y eleva al volador hasta los 10 metros.
Cuesta 54 euros, aunque suele haber promociones para niños o grupos. La mayoría, gente joven, familias con hijos, viene a probar por primera vez, pero los usuarios más avezados demandan la actividad del 'twister': volar en círculos a 10 metros de altura.
Este simulador de caída libre completa la oferta turística de altura de la zona, donde se puede practicar también paracaidismo, o kit-surf.