Luminosa intensidad

Admirable el empeño del enólogo Rodríguez Sanzo por dotar a su compañía de vinos de elaboraciones singulares a buen precio pese a no poseer bodega ni viñas. Una vuelta de tuerca al oficio de winemaker (elaborador de vinos). Su notable creatividad enológica y buen ojo a la hora de seleccionar suelos, viñas y zonas vitivinícolas se traduce en una amplia oferta de vinos destacables como Nassos (Priorato), Vallsanzo (Ribera del Duero), Damalisco (Toro) o Terras (Bierzo). Con liderazgo, sabe dirigir sus propuestas en cooperación con los técnicos especialistas de cada una de las bodegas col...

Admirable el empeño del enólogo Rodríguez Sanzo por dotar a su compañía de vinos de elaboraciones singulares a buen precio pese a no poseer bodega ni viñas. Una vuelta de tuerca al oficio de winemaker (elaborador de vinos). Su notable creatividad enológica y buen ojo a la hora de seleccionar suelos, viñas y zonas vitivinícolas se traduce en una amplia oferta de vinos destacables como Nassos (Priorato), Vallsanzo (Ribera del Duero), Damalisco (Toro) o Terras (Bierzo). Con liderazgo, sabe dirigir sus propuestas en cooperación con los técnicos especialistas de cada una de las bodegas colaboradoras.

En el caso del blanco Parajes 2011, Rodríguez Sanzo ha contado con la colaboración de Carlos Ayala, un enólogo bregado en Rueda. La propuesta no puede ser más atractiva y audaz: juntar a partes iguales un viejo verdejo con viognier relativamente joven; la sobria y luminosa uva castellana con la intensidad aromática y fortaleza esquiva de la uva francesa, aunque de origen incierto. Elaborado al puro estilo borgoñón, el vino posee una nariz vivaz, bellamente adornada de fragancias florales, fruta confitada, hinojo y especias. Decididamente corpulento y goloso, su plenitud y fresca estructura garantizan una favorable evolución los próximos años.

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