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Un sistema público de agua al borde del colapso

Unicef alerta de que el suministro hídrico de Líbano está siendo exprimido hasta la destrucción por la actual crisis económica. El coste del acceso podría dispararse un 200% si la gente tuviera que recurrir a proveedores alternativos o privados

Un trabajador del Establecimiento de Agua del Sur del Líbano (SLWE) camina por las instalaciones de una de las empresas públicas de agua en Saida. La grave crisis económica y de combustibles está colapsando el sistema y la ONU calcula que más de cuatro millones de personas corren riesgo inmediato de perder el acceso al agua potable en el país.Brais Lorenzo
Charbel Jalil tiene 67 años y vive en una pequeña aldea en las montañas de Byblos, al norte de Beirut. Semanalmente baja a una fuente de agua pública para rellenar con una manguera un depósito que ha habilitado en su coche para poder llevarla a casa. En su pueblo, dice, llevan dos años sin agua corriente y sin suministro eléctrico.Brais Lorenzo
Un joven bebe de una fuente de agua potable en el municipio de Byblos, al norte de Beirut. El precio de una botella ha subido hasta cinco veces respecto al que tenía antes de la crisis económica que atraviesa Líbano. Muchos hogares ya no pueden permitirse comprar agua embotellada.Brais Lorenzo
Un niño rellena una garrafa de agua y varias botellas en una fuente pública en el municipio de Byblos, al norte de Beirut. El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha alertado que en Líbano la mayoría de niños y familias vulnerables se enfrentan a una grave escasez de agua, cuatro millones están en riesgo inminente de perder el acceso al suministro.Brais Lorenzo
Los precios del agua embotellada se disparan también por las dificultades que afrontan las empresas a la hora de producir agua. La producción se hace difícil en un país que atraviesa la peor crisis de su historia reciente que ha desembocado a un aumento significativo de los precios de la gasolina y el diésel.Brais Lorenzo
Chadli Mahsan con su hijo en el coche tras rellenar tres garrafas de agua en una fuente pública en el municipio de Byblos, al norte de Beirut. Mhsan llegó al Líbano huyendo de la guerra en Siria. En total hay 1,5 millones de personas refugiadas que tienen muchas más dificultades para acceder al agua y a otros servicios básicos debido a que se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad.Brais Lorenzo
Nicole Nicole es responsable de una de las empresas públicas de abastecimiento de agua en Byblos. Posa dentro de una de las instalaciones donde se encuentran los motores que permiten el tratamiento, el bombeo y la distribución del agua a través de una fuente a la población local. Pero necesitan combustible. “Somos una excepción en la región: tenemos ríos, lagos, embalses, el mar, aguas subterráneas... Pero no podemos ofrecer agua a nuestro pueblo”, afirma.Brais Lorenzo
Un niño y un hombre recogen agua en una fuente pública en el municipio de Byblos, al norte de Beirut. Según datos de la ONU, más del 75% de los niños libaneses no alcanzan los niveles nutricionales necesarios. Los precios de los víveres crecieron más del 400% en un año y medio.Brais Lorenzo
Un vendedor ambulante de verduras en una calle de Beirut. La crisis llega en medio de la pandemia y tras la guerra siria, que empujó a más de un millón y medio de personas a refugiarse en Líbano. Por lo que la demanda del agua ha aumentado, pero la oferta solo empeora.Brais Lorenzo
Wassim Daher, director general del Establecimiento de Agua del Sur del Líbano (SLWE) en Saida, habla por teléfono desde su despacho. “Es un problema estructural. Los cortes de electricidad constantes están sometiendo al sistema nacional a una presión muy grande. La fuente de alimentación intermitente hace que se interrumpa el tratamiento, el bombeo y la distribución a los hogares”, explica.Brais Lorenzo
Un trabajador del Establecimiento de Agua del Sur del Líbano (SLWE), analiza en el laboratorio muestras de agua para controlar su calidad. La grave crisis económica que atraviesa el país de los cedros también ha provocado la escasez de suministros de productos esenciales como el cloro con el que se desinfecta el agua.Brais Lorenzo
Mrad Mrad prepara café en el interior de su vivienda en la localidad de Aamchit, en el municipio de Byblos. Mrad atestigua que previamente una botella le costaba 1.000 libras, poco menos de un dólar, mientras que ahora cuesta cinco veces más. La moneda local ha perdido el 90% de su valor.Brais Lorenzo
Detalle de una garrafa llena de agua que Mrad Mrad utiliza para cocinar al no poder contar habitualmente con agua corriente. “Antes comprábamos agua embotellada, pero ahora no nos lo podemos permitir. Los precios han subido mucho y nuestra moneda ya no tiene el valor que tenía”, explica.Brais Lorenzo
Mrad Mrad comprueba el depósito de agua en la azotea de su vivienda en la localidad de Aamchit, en el municipio de Byblos. Los cortes intermitentes de electricidad impiden el funcionamiento del motor que bombea el agua desde las tuberías hacia arriba para llenar los depósitos que la distribuyen a toda la casa.Brais Lorenzo
Los depósitos logran tener algo de agua solo cuando hay luz. “Tenemos electricidad solo durante dos horas al día y es cuando aprovechamos para ducharnos, lavar la ropa y limpiar la casa”, asegura Mrad.Brais Lorenzo