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Las voces de uno de los barrios más pobres de España

El barrio de Las Palmeras, situado a las afueras de Córdoba, es uno de los seis barrios más pobres de España. La renta media del barrio es de 6.810 euros, mientras que Córdoba es la capital con mayor tasa de paro (27,8%) de España, según el último informe del INE de indicadores urbanos, publicado este miércoles

El barrio de Las Palmeras, a las afueras de Córdoba, es uno de los tres barrios más pobres de España. La renta media es de 6.810 euros. La pandemia ha agravado la situación. Así lo resume Antonio Fernández, vicepresidente de la asociación de vecinos: "Cuando a nosotros ha llegado la pandemia, el atraso ya lo teníamos multiplicado por 20. Ahora lo tenemos multiplicado por 100. Nosotros tenemos aquí ahora mismo más del 70% de familias que viven de las prestaciones sociales, de los bancos de alimentos...". En la imagen, Fernández delante de un bloque de pisos del barrio.Álvaro de la Rúa (Imagen) / Virginia Martínez (Redacción)
Paqui Reyes crio a sus cuatro hijos en el barrio de Las Palmeras. Ella recibe una pensión por discapacidad que completa con lo que saca vendiendo romero en la mezquita de Córdoba más lo poco que su marido logra con la recogida y venta de chatarra. "Me he visto sin agua; sin luz, y la he tenido que enganchar. Es ilegal, pero no me avergüenzo porque yo no iba a dejar a mis niños sin bombillas llorando por la noche. Es la necesidad la que puede. Los he sacado adelante como buenamente he podido". En la imagen, Reyes ojea las solicitudes del ingreso mínimo vital en las dependencias de los servicios sociales del barrio.Álvaro de la Rúa (Imagen) / Virginia Martínez (Redacción)
La mayoría de las viviendas son de alquiler social, por las que se paga unos 40 euros. Pero muchas de las familias no pueden pagar ni la renta ni la luz ni el agua. Ese el caso de la familia de Agustín Villena, que vive en uno de los cuatro patios de vecinos que componen el barrio. "Y año y medio sin agua. ¿Qué hacemos, nos cruzamos de brazos? ¿Y nos vamos a pedir a una iglesia? Que yo he ido a pedir, que yo pido limosna. Que yo pido limosna porque no tengo otra cosa, soy chatarrero. Y hay días que no traigo ni 5 euros". En la imagen, Villena junto a su esposa, en su hogar.Álvaro de la Rúa (Imagen) / Virginia Martínez (Redacción)
Carmen Rubio es de las primeras vecinas que llegó al barrio. Montó una tienda y desde entonces nunca se ha marchado. Cada día baja al patio a departir con sus vecinas. "A mí me quiere mucho el barrio y yo quiero a todo el barrio. Yo no discrimino a nadie. Con todos los años que llevo aquí nadie se mete conmigo. Al revés. Y yo no puedo hablar nada de malo del barrio". En el barrio ha habido redadas por delitos relacionados con la droga y casi nadie de fuera transita por sus calles. En la imagen, Rubio llama a la casa de una amiga.Álvaro de la Rúa (Imagen) / Virginia Martínez (Redacción)
El barrio es como "una ciudad dentro de otra ciudad". Los vecinos compran en las pocas tiendas que no tienen la persiana cerrada y el ocio se reduce a los parques o a los pocos bares que hay. El mesón Los Arcos es uno de ellos. Su dueño dejó su casa del barrio hace tiempo, pero conserva el establecimiento desde hace 38 años, al que acuden principalmente los trabajadores de servicios sociales o los profesores, además de otros vecinos. "Yo me fui porque no estaba a gusto. Todo el mundo se querría ir de aquí".Álvaro de la Rúa (Imagen) / Virginia Martínez (Redacción)
Asociaciones como Red XXI, con sede en el barrio, llevan a cabo un trabajo fundamental en la educación e inclusión de sus vecinos. Desde la organización de talleres para pequeños, el asesoramiento laboral y otras actividades culturales como una emisora, Onda Palmeras, gracias a la labor social de voluntarios. En la imagen, el estudio de radio.Álvaro de la Rúa (Imagen) / Virginia Martínez (Redacción)
El abandono escolar en el colegio del bario es del 99%. El trabajo de servicios sociales y de los educadores es clave para evitar en la medida de lo posible que los alumnos abandonen las clases. "A los menores, las menores... siempre les da un click. Hay un cambio de mentalidad que, desgraciadamente, llega tarde en estos barrios o en estos contextos y es el de 'debería haber estudiado, debería haber hecho otras cosas...", explica Álvaro López, educador social del EOE Poniente Villarrubia. En la imagen desde la izquierda, María Alonso, educadora del Ayuntamiento; Álvaro López, educador de ADSAM y Manuel Ríos, educador social del EOE Poniente-Villarrubia.Álvaro de la Rúa (Imagen) / Virginia Martínez (Redacción)