El príncipe Jigme de Bután, la nueva estrella del país más feliz del mundo

El país asiático muestra en Instagram a su príncipe dragón de solo tres años, fruto de la celebrada historia de amor del monarca, Jigme Khesar Namgyel Wangchuck y su esposa, Jetsun Pema Wangchuck

El príncipe Jorge de Bután.©The Royal Family of Bhutan

Instagram es un reino moderno de selfies y gatos en el que hay, no obstante, hueco para muchos otros príncipes por recóndito que sea su país de origen. Esto, principio vital para cualquier influencer, es sabido hasta en Bután, donde los escasos 20 años que han pasado desde la llegada de la televisión no son óbice para un diestro manejo de los hashtags por parte de los internautas locales. Por eso, el mes de junio del calendario nacional, compartido recientemente en la red social, luce los mofletes rechonchos de s...

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Instagram es un reino moderno de selfies y gatos en el que hay, no obstante, hueco para muchos otros príncipes por recóndito que sea su país de origen. Esto, principio vital para cualquier influencer, es sabido hasta en Bután, donde los escasos 20 años que han pasado desde la llegada de la televisión no son óbice para un diestro manejo de los hashtags por parte de los internautas locales. Por eso, el mes de junio del calendario nacional, compartido recientemente en la red social, luce los mofletes rechonchos de su príncipe dragón.

Jigme Namgyel Wangchuck, que así se llama el niño, tiene tres años y es el heredero al trono de Bután. En la foto, el pequeño príncipe posa solo y sonríe ataviado con la vestimenta tradicional de su país, mientras el texto adjunto a la imagen celebra “el entusiasmo con el que nuestros calendarios mensuales son recibidos”. Y continúa: “Sabemos que ver a Su Alteza Real crecer tan rápidamente os hace muy felices, por eso esperamos que este calendario ilumine vuestro mes”.

El príncipe dragón, protagonista de esta estampa, es fruto de una celebrada historia de amor que se remonta al momento en el que el actual monarca, Jigme Khesar Namgyel Wangchuck, vio por primera vez a su esposa, Jetsun Pema Wangchuck. A pesar de que ella era solo una niña de siete años, el por entonces príncipe heredero se prometió a sí mismo casarse con ella. Pasaron 14 años hasta que volvieron a verse: el príncipe Wangchuck tuvo que esperar a completar sus estudios de Política y Relaciones Internacionales antes de salir en busca de su amada. Jetsun Pema, hija de un piloto comercial, ya tenía 21 años y era estudiante en el Regents College de Londres. Ese mismo año contrajeron matrimonio en su país de origen.

Acostumbrados a estándares de vida occidentales, la modernización que la pareja ha traído al país se hizo patente desde el día de su boda, cuando rompieron las tradiciones locales al besarse en público. El príncipe Wangchuck también anunció que por amor a su esposa abandonaría la poligamia, una costumbre habitual en el país. De hecho, él es hijo de la más pequeña de cuatro hermanas, todas ellas casadas con su padre, el rey Jigme Singye Wangchuck, a quien sucedió en el trono en 2006.

También fue su padre el responsable de la democratización del país. Antes de abdicar se aseguró de que Bután pasaba a ser una monarquía parlamentaria de pleno derecho, lo que se logró en 2018, año en el que se celebraron las primeras elecciones y entró en vigor una nueva constitución. La carta magna butanesa se hizo famosa por elevar a principal criterio de referencia para evaluar la marcha del país, en lugar del Producto Interior Bruto, la Felicidad Interna Bruta: un indicador que mide la calidad de vida de su población en términos psicológicos. Este es el estado moderno que el príncipe dragón heredará algún día, digno de postal. O, aún mejor, de post de Instagram.

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