Igual no lo sabes, pero los relojes eróticos son una parte importante de la historia de la relojería
El rey del cómic erótico, Milo Manara, ilustra las esferas de diez modelos de Ulysse Nardin con temática submarina (y amatoria, claro). La tradición continúa
¿A quién le encargaría usted que perpetuara la antigua, artesana y fantástica tradición de realizar relojes subidos de tono? En Ulysse Nardin no lo han dudado: a Milo Manara, el genial dibujante italiano. “En mi estudio en Verona tengo una reproducción de un reloj de bolsillo erótico del siglo XIX con un par de autómatas en la esfera y la caja. Sé que los relojes eróticos son una parte importante de la historia de la relojería”, explica. “...
¿A quién le encargaría usted que perpetuara la antigua, artesana y fantástica tradición de realizar relojes subidos de tono? En Ulysse Nardin no lo han dudado: a Milo Manara, el genial dibujante italiano. “En mi estudio en Verona tengo una reproducción de un reloj de bolsillo erótico del siglo XIX con un par de autómatas en la esfera y la caja. Sé que los relojes eróticos son una parte importante de la historia de la relojería”, explica. “A mí siempre me han maravillado. En las épocas de mayor represión, algunos fueron prohibidos o confiscados. E incluso ahora que el acceso al erotismo se ha generalizado gracias a Internet, mantienen su poder de fascinación”.
La relojera suiza Ulysse Nardin, tal y como nos cuenta, es una de los últimas en perpetuar esta tradición. Para esta edición, dos artesanas reprodujeron las creaciones del dibujante de cómics a un tamaño ínfimo sobre las esferas. “Me gustó la idea de tener mis dibujos miniaturizados en un círculo con un diámetro de cuatro centímetros”, apunta. La historia que deambula por los diez relojes es “húmeda”, puesto que Ulysse Nardin está muy unida al mar y a los océanos.
“No hay una historia real, pero sí hay un tema subyacente basado en dos personajes. Una es esta chica atemporal, Nadia, y la otra es la sirena, Ulyssa. Se aman en las profundidades del agua”, explica este discípulo de Hugo Pratt y Federico Fellini. Un erotómano convencido: “Le debemos todo al erotismo. ¡Gracias a él, todos estamos aquí!”.