Nueve meses después de que Reid Anderson grabase su tercer —y último hasta la fecha— disco como líder en la primavera del 2000, una pequeña obra maestra del jazz contemporáneo que muy pocos recuerdan llamada The Vastness of Space, el contrabajista entró al estudio junto al pianista Ethan Iverson y el baterista David King para grabar el que sería el primer disco de The Bad Plus. Este se abría con una descacharrada versión de Knowing Me Knowing You de ABBA y contenía también un Smells Like Teen Spirit de Nirvana que le voló la cabeza a más de un aficionado al jazz. Dos años después, The Bad Plus ya eran todo un supergrupo que estaba demoliendo a martillazos los estereotipos del trío de jazz tradicional, habían firmado con una multinacional y aderezaban su extraordinario repertorio original con ingeniosas versiones de Blondie, Aphex Twin o Black Sabbath. El power trio definitivo del jazz norteamericano había forjado su leyenda, con las maneras y la contundencia de una banda de rock y la capacidad y sofisticación de los grandes del jazz.
“Una de las claves en el jazz es conseguir mantener unidas a las bandas, y con The Bad Plus nuestra idea era crear un grupo muy consistente. Desde que empezamos a tocar juntos sentimos que teníamos algo muy fuerte, muy especial"
Hablando sobre ello, Anderson cuenta que el potencial del grupo estaba claro desde el primero momento: “Una de las claves en el jazz es conseguir mantener unidas a las bandas, y con The Bad Plus nuestra idea era crear un grupo muy consistente. Desde que Ethan, David y yo empezamos a tocar juntos como trío, sentimos que teníamos algo muy fuerte, muy especial, que merecía que nos comprometiésemos con ello y le dedicásemos el tiempo y esfuerzo necesario. No nos resultó difícil ese compromiso porque creíamos totalmente en lo que hacíamos, y la naturaleza colectiva de la banda nos permitía tocar música escrita por cada uno de nosotros. Así que desde el principio The Bad Plus fue un proyecto de largo recorrido”.
THE BAD PLUS actúa en España dentro del Ciclo 1906, Música para una inmensa minoría
Miércoles 8 de mayo, 21,00. Vigo (Pontevedra)
Salón Regio de A Sede RC Celta, (Calle Principe, 44)
15 euros entrada anticipada, 20 en taquilla
Jueves, 9 de mayo, 20.45. Valencia
Jimmy Glass (Calle Baja, 28)
25 euros en taquilla
Miércoles 15 de mayo, 21.00. Madrid
Café Berlín (Costanilla de los Ángeles, 20)
20 euros entrada anticipada. 22 en taquilla
La confluencia de canciones salidas del imaginario pop y rock y el sonido contundente y dinámico del grupo enseguida los catapultaron fuera de los círculos del jazz, haciendo de estas versiones deconstruidas y pasadas por la picadora de The Bad Plus uno de sus sellos de identidad: “elegimos canciones que nos gustan, esto es esencial, y por alguna razón tenemos la habilidad de tocarlas y convertirlas en algo nuestro. Y nos gusta escoger canciones que son grandes éxitos también, llevarlas a nuestro terreno y percibir cómo la audiencia, por mucho que retorzamos la canción, la reconoce y conecta con lo que estamos haciendo. Pero no buscamos convertir estas canciones en piezas de jazz o reinterpretarlas con esa perspectiva, sino buscar nuevas formas de tocarlas”.
Pero no se engañen: The Bad Plus es un grupo, ante todo, de compositores. Sus tres miembros han ido escribiendo temas memorables a lo largo de los años, y consideran esta faceta la principal del grupo: “Seguiremos haciendo versiones, es divertido y nos gusta, pero después de todos estos años hemos llegado a un punto en el que gran parte del público ya nos conoce, sabe lo que hacemos y conoce muchos de nuestros temas también, con lo que la respuesta en directo siempre es muy buena”. Hay que decir que no es muy buena solo por esto, sino porque The Bad Plus son esencialmente un animal de directo, un grupo que en el escenario transmite una energía que fascina por igual a propios y extraños.
Hace un par de años, Iverson decidió abandonar el grupo para afrontar otros proyectos. Le sustituyó Orrin Evans, uno de los más grandes pianistas de jazz de su generación, pero también un músico muy diferente a Iverson. En un grupo de jazz más ortodoxo este cambio podría no ser tan relevante, pero en The Bad Plus, con esa alineación inquebrantable que recuerda a las grandes formaciones de la historia del pop y el rock, ¿hasta dónde afecta este cambio?: “Conozco a Orrin desde 1991, tocamos bastante juntos en aquellos años, y su nombre siempre fue el primero en salir a colación desde que Dave y yo supimos que habría que buscar a un nuevo pianista. Por supuesto, si cambias un 33% del grupo la diferencia puede ser muy grande, pero somos una banda con mucha trayectoria, tocamos canciones con un enfoque personal que hemos ido definiendo, y la mayoría de nuestros temas siguen estando escritos por Dave o yo. Así que, cuando Orrin se incorporó al proyecto fue muy gratificante notar que seguíamos manteniendo la identidad de la banda; que sonamos diferente, sí, pero al mismo tiempo seguimos sonando a The Bad Plus”.
Pronto podremos comprobar esto en directo en nuestro país de mano del Ciclo 1906 Música para una inmensa minoría: “En España vamos a tocar algunos temas nuevos, que grabaremos para nuestro próximo disco justo después de esta gira europea, y también algunos temas que grabamos en nuestro anterior disco, Never Stop II”. Y, bueno, quizá toquen también su extraordinaria versión de We Are The Champions de Queen, o Life On Mars de Bowie, The Beautiful Ones de Prince, Radio Cure de Wilco, Staring At The Sun de TV On The Radio, Comfortably Numb de Pink Floyd o Maps de los Yeah Yeah Yeahs. Habrá que estar allí para escucharlo.
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