Nabokov durmió aquí durante 16 años (y eso que solo fue de visita)

El escritor fue al Hotel Palace de Montreux a pasar la tarde, pero decidió quedarse allí a vivir

Nabokov, pensando en su próxima novela en una de las terrazas del Hotel Palace de Montreux.Foto: Getty

Vladimir Nabokov (San Petersburgo, 1899- Montreux, 1977) fue al Hotel Palace de Montreux en 1961 a pasar la tarde con su amigo Peter Ustinov y se quedó 16 años. Dicho así puede resultar extravagante, pero cuando uno pone un pie en este hotel, la decisión no tiene mérito. El Palace-Montreux conserva su esplendor Belle Époque por salones, terrazas, mobiliario y su antigua puerta de entrada ...

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Vladimir Nabokov (San Petersburgo, 1899- Montreux, 1977) fue al Hotel Palace de Montreux en 1961 a pasar la tarde con su amigo Peter Ustinov y se quedó 16 años. Dicho así puede resultar extravagante, pero cuando uno pone un pie en este hotel, la decisión no tiene mérito. El Palace-Montreux conserva su esplendor Belle Époque por salones, terrazas, mobiliario y su antigua puerta de entrada art nouveau. Da al Lago Leman y tiene enfrente los Alpes franceses.

Vivió con la intensidad que corresponde a Montreux cuando no se desarrolla su festival de música: cazaba mariposas, jugaba al ajedrez con Vera, paseaba por el lago para experimentar la “magnifica serenidad” de la que hablaba su vecino Chaplin y escribía

Más allá de las montañas dicen que está Francia, pero para el que vive aquí, más allá no hay nada. Vera y Vladimir –con el éxito de Lolita en el bolsillo– lo vieron al segundo. Escogieron la sexta planta, tres habitaciones más la suite nº 65, con balcón.

Hoy es un santuario en el que cada tanto pernoctan fans con devoción (y dinero). Intactos el escritorio, con su mancha de tinta en el cajón, la silla (aún rota por el respaldo), las tazas, la cama.

Durante 16 años, Nabokov vivió con la intensidad que corresponde a Montreux cuando no se desarrolla su festival de música: cazaba mariposas, jugaba al ajedrez con Vera, paseaba por el lago para experimentar la “magnifica serenidad” de la que hablaba su vecino Chaplin y escribía. Así hasta 1977, cuando fue enterrado en su cementerio.

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