Breitling por tierra, mar y aire

La relojera suiza se hizo conocida por fabricar cronógrafos de aviones en los años 50. Ahora se reinventa con nuevos modelos para bucear o caminar por el mundo con suma elegancia

El primer modelo de la alianza entre Breitling y Bentley: el premier B01 Chronograph 42.

Hace apenas un año, el empresario Gerog Kern se hacía con los mandos de Breitling, después de que fuera adquirida por CVC Capital Partners. La tarea que le encomendaron no era fácil: sin perder un ápice del pedigrí de una firma fundada en 1884, tenía que modernizar su imagen, simplificar las colecciones y diseñar decenas de modelos con estas premisas.

Kern ha aprovechado bien el tiempo, porque no solo ha cumplido con todos los mandatos, sino que este licenciado en Políticas de 53 años, que hasta hace bien po...

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Hace apenas un año, el empresario Gerog Kern se hacía con los mandos de Breitling, después de que fuera adquirida por CVC Capital Partners. La tarea que le encomendaron no era fácil: sin perder un ápice del pedigrí de una firma fundada en 1884, tenía que modernizar su imagen, simplificar las colecciones y diseñar decenas de modelos con estas premisas.

Kern ha aprovechado bien el tiempo, porque no solo ha cumplido con todos los mandatos, sino que este licenciado en Políticas de 53 años, que hasta hace bien poco dirigía la prestigiosa relojera IWC, ha decidido ir más allá y, como acostumbra, hacer las cosas a su manera.

La colección resucitada estrena diseños que combinan lo innovador con el poso clásico de aquellos relojes de antaño

Si bien Breitling ha labrado su fama sobre los cronógrafos que diseñaba para aviación de mediados del siglo pasado, y que culminaron en el icónico reloj de pulsera Navitimer, para Kern era fundamental abrir la paleta, reivindicar los modelos de buceo que la marca ha fabricado a lo largo de su historia, y poner los pies en la tierra. Esto es: relojes que no necesariamente tuvieran que volar o bajar a las profundidades del mar, sino que, sencillamente, vistieran la muñeca de su propietario con la mayor clase posible.

El primer paso fue tocar (o más bien cortar) algo sacramental en la marca: las alas del logo. Ahora vuelve a ser una "B", como en los primeros modelos de hace más de un siglo. "No queremos que Breitling se relacione solo con el aire. Queremos que sea una marca universal, con la que uno gana en elegancia, sea cual sea el terreno que transite", decía Kern a principios de semana, durante la presentación de la nueva gama en Londres.

Se compone de cinco colecciones: Navitimer (basada en los relojes de piloto), Superocean (para buceo profesional), Chronomat (derivado del cronógrafo de aviación que la marca desarrolló para la escudería acrobática Frecce Tricolori), Professional (para soportar las condiciones más extremas en los deportes de aventura) y Premier. Esta última ha sido, posiblemente, la novedad que más ha calado entre los nostálgicos. En la década de los cuarenta, Breitling lanzó bajo esta denominación relojes discretos y elegantes, para querían vivir su cotidianeidad con un plus de distinción. La colección resucitada estrena diseños que combinan lo innovador con el poso clásico de aquellos relojes de antaño.

El nuevo modelo Superocean Heritage II Chronograph 44 Outerknown está pensado para el buceo profesional.

Durante el evento, la marca también presentó una colección que, a partir de ahora, se vuelve transversal: Breitling lleva tiempo diseñando relojes para Bentley (tanto los que van integrados en los salpicaderos de sus coches de lujo, como las ediciones de muñeca). Las dos firmas renuevan ahora su acuerdo, pero con otra orientación: los relojes Bentley se integran definitivamente en la gama de la firma relojera, en los modelos de las diferentes colecciones.

El primer modelo de esta nueva andadura es el premier B01 Chronograph 42 Bentley British Racing Green. Lo único que pone Bentley es el color verde metalizado, exclusivo de algunos de sus coches. El resto, es de Breitling: "Nosotros no les decimos cómo tienen que diseñar sus maravillosos coches. Y ellos nos dan a cambio total libertad para concebir estos relojes", valoraba Kern, para concluir: "Cada uno hacemos lo que mejor sabemos hacer".

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