Trabajos científicos

]Gregorio Mendel sentó las bases de la genética moderna en un artículo publicado en 1866 en una revista local. Su contribución recibió no más de tres citas en los 35 años que la ciencia invirtió en valorarla. Afortunadamente para él, su futuro profesional no dependía de que la ANECA le reconociera un sexenio, ya que era fraile en un convento agustino del que llegó a ser abad. Si no fuera por las noticias de actualidad, debería sorprendernos que se necesite una sentencia del Tribunal Supremo para que los trabajos científicos valorados por esa agencia sean realmente “leídos” por los evaluadores....

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]Gregorio Mendel sentó las bases de la genética moderna en un artículo publicado en 1866 en una revista local. Su contribución recibió no más de tres citas en los 35 años que la ciencia invirtió en valorarla. Afortunadamente para él, su futuro profesional no dependía de que la ANECA le reconociera un sexenio, ya que era fraile en un convento agustino del que llegó a ser abad. Si no fuera por las noticias de actualidad, debería sorprendernos que se necesite una sentencia del Tribunal Supremo para que los trabajos científicos valorados por esa agencia sean realmente “leídos” por los evaluadores. El abandono de la responsabilidad de estos a criterios automáticos permite imaginar que sería perfectamente posible sustituirlos por un programa informático. Es un nuevo favor de racionalidad que debemos al Tribunal Supremo.

Juan E. Iglesias Pérez. Aguadulce (Almería).

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