Cómo abandonar el pesimismo

Me ha dicho la psicóloga que abandone el pesimismo. Ayer comencé la terapia. Mientras desayunaba, encendí la radio y hablaron de la tesis de Sánchez, el máster de Casado y las bombas a Arabia Saudí. Me puse a canturrear con la última galleta decidido a superar el primer impacto. Después, cogí el libro de Bauman El mundo líquido para entender mejor cómo funciona la sociedad. Interpreté que el ligero nudo en la garganta que me sobrevino se debía a una faringitis repentina y no a otra cosa. Después de comer, novedades sobre el avance de la precariedad laboral y un señor alabando a Franco...

Me ha dicho la psicóloga que abandone el pesimismo. Ayer comencé la terapia. Mientras desayunaba, encendí la radio y hablaron de la tesis de Sánchez, el máster de Casado y las bombas a Arabia Saudí. Me puse a canturrear con la última galleta decidido a superar el primer impacto. Después, cogí el libro de Bauman El mundo líquido para entender mejor cómo funciona la sociedad. Interpreté que el ligero nudo en la garganta que me sobrevino se debía a una faringitis repentina y no a otra cosa. Después de comer, novedades sobre el avance de la precariedad laboral y un señor alabando a Franco me produjeron gases y ardor de estómago. Le eché la culpa al tabasco. Durante la cena, encendí la televisión y vi un documental sobre el cambio climático, llegué a convencerme de que solo era una película de ciencia ficción. Al final del día había conseguido el objetivo, pero acabé psicológicamente agotado.

Enrique Chicote Serna. Arganda del Rey (Madrid).