Ruby Rose defiende la fluidez sexual de la nueva Batwoman

La actriz, que será la primera superheroína abiertamente lesbiana en la televisión, ha tenido que cerrar su cuenta de Twitter por las críticas

Ruby Rose en la gala del Museo Metropolitano de Nueva York, el 7 de mayo de 2018.GTRESONLINE

Además de estar cubierta de tatuajes –más de cien por todo el cuerpo– la piel de Ruby Rose tiene callo. La actriz y modelo australiana lleva toda su una vida aguantando lo que le echen. Es una luchadora acostumbrada a que le digan siempre que no es "lo suficiente". Lo suficientemente acomodada como para disfrutar de una niñez normal; sin las suficientes carnes como para que la dejen de criticar por su extrema delgadez. O, ahora, que no es lo suficientemente lesbiana como para ser ...

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Además de estar cubierta de tatuajes –más de cien por todo el cuerpo– la piel de Ruby Rose tiene callo. La actriz y modelo australiana lleva toda su una vida aguantando lo que le echen. Es una luchadora acostumbrada a que le digan siempre que no es "lo suficiente". Lo suficientemente acomodada como para disfrutar de una niñez normal; sin las suficientes carnes como para que la dejen de criticar por su extrema delgadez. O, ahora, que no es lo suficientemente lesbiana como para ser Batwoman. Es la gota que colma el vaso, porque el papel de Kate Kane, antes la novia de Batman y desde 2006 la primera heroína declaradamente lesbiana, es un regalo caído del cielo. "Un sueño de la infancia, algo que me habría encantado ver en televisión en mi juventud como miembro de la comunidad LGBT que nunca se sentía representada, que se sentía sola y diferente", declaró cuando dio a conocer la noticia. Ruby Rose sentía este papel como una culminación a su carrera, un logro personal y un triunfo para el colectivo al que pertenece y defiende.

De ahí la entereza con la que abandonó su cuenta de Twitter en una era donde el éxito parece disputarse en las redes sociales. "Es la broma más ridícula que he escuchado en toda mi vida. Salí del armario cuando tenía 12 años", recordó la actriz de 32 años tantas veces rechazada por su orientación sexual antes de decir adiós. "Sigo siendo la misma persona", manifestó para zanjar el tema y dar un portazo digital en las narices de los trolls que la acosan.

Desde que se dio a conocer en la tercera temporada de Orange is the New Blacksu pelo bien corto y sus facciones más felinas que de murciélago están en todos lados. Desde películas de acción como Resident Evil: Capítulo Final, xXx: Reactivado y John Wick: Pacto de Sangre, a ese papelito en la comedia Dando la Nota 3 y así hasta llegar a ese mordisco de verano en que se ha convertido Megalodon. Rose se lo come todo.

Eso en la pantalla, porque en la alfombra roja lo que asombra es lo mucho que ha cambiado en la última década. Sus detractores, o aquellos que no tienen nada mejor que decir, hablan de trastornos en su alimentación. Rose habla de una dieta sana, primero vegetariana y luego vegana, combinada con un intenso entrenamiento físico y sobre todo sin una gota de alcohol. Y a quienes insisten en recordar sus curvas les dice que se olviden de un cuerpo que fue producto de sus excesos. "Bebía, no dormía, me alimentaba de comida basura y estaba de los nervios", recuerda de un periodo en el que también contrajo una enfermedad bacteriana y se envenenó por ingestión de mercurio en la comida. El tabaco no ha conseguido dejarlo, pero nadie es perfecto. Al menos no deja que la saquen fotos con un cigarrillo en la mano.

Esto se lo dice ahora a más de 12,8 millones de seguidores en Instagram o los 1,3 millones que la leían en Twitter. Antes hablaba con la misma seguridad en el recreo del colegio, cuando la pegaban por no ser lo suficientemente mujer. Rose recuerda una infancia de abusos (la intérprete asegura que un familiar abusó de ella), bullying y pobreza, siempre junto a su madre, en continuo movimiento por Australia huyendo de su padre. También recuerda a una joven encantada con la idea de no tener apenas pecho y dispuesta a cambiar de sexo de no ser porque no tenía dinero para la operación.

Entonces solo conocía dos géneros. Ella no se sentía mujer así que tendría que ser hombre. Ahora se alegra no haberlo hecho. No solo porque algún día le gustaría tener hijos, sino porque lo suyo es la fluidez sexual no binaria. Su vida también es muy fluida en el amor, vinculada entre otras a la nieta de Roald Dahl, la diseñadora de moda Phoebe Dahl. Incluso se ha hablado de un romance pasajero con Demi Lovato.

Rose habrá dejado de comer carne o beber alcohol. También se ha alejado de Twitter. Pero esta modelo, DJ, VJ y hasta luchadora en el ring en una ocasión, no ha abandonado ni su identidad ni su lucha. Como confirmó en su vídeo Break free, su vida sexual no puede ser más sana. "Hay algo que empodera, que da fuerza y libertad, cuando vives tu vida sexual de manera abierta y cómoda", declaró. Algo que quiere compartir ahora con todas aquellas personas que en algún momento se sintieron solas y diferentes. 

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