Las dos almas del PP

El destino natural del partido debería ser el centro, pero los candidatos a dirigirlo no están por la labor. Santamaría, por falta de ideología y Casado, por exceso

Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado durante el segundo pleno extraordinario del Congreso de los Diputados para renovar la cúpula de RTVE. EFE

Lo que mal empieza, mal acaba. El proceso participativo del PP, improvisado a toda prisa, no está uniendo, sino distanciando a los dos espíritus del partido: el aznarismo y el marianismo.

El objetivo original era envidiable. Primero, una criba de candidatos. Luego, un duelo entre dos. Así se favorece al político capaz de persuadir al militante medio. Pero, si quienes finalmente deciden son los compromisarios, el resultado no dependerá de los discursos de los contendientes, sino de sus maniobras soterradas.

Este proceder ha sacado a la luz la escisión entre las dos almas antagónic...

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Lo que mal empieza, mal acaba. El proceso participativo del PP, improvisado a toda prisa, no está uniendo, sino distanciando a los dos espíritus del partido: el aznarismo y el marianismo.

El objetivo original era envidiable. Primero, una criba de candidatos. Luego, un duelo entre dos. Así se favorece al político capaz de persuadir al militante medio. Pero, si quienes finalmente deciden son los compromisarios, el resultado no dependerá de los discursos de los contendientes, sino de sus maniobras soterradas.

Este proceder ha sacado a la luz la escisión entre las dos almas antagónicas del PP. En otras derechas europeas, la tensión es entre liberales y conservadores. Pero aquí es entre políticos ideológicos (Aznar, Casado) y burocráticos (Rajoy, Santamaría). Casado representa la voluntad de mojarse, y de llamar a las cosas por su nombre, propia de Aznar —ya fuera para referirse al “movimiento vasco de liberación” o a la “coalición de pancarteros, comunistas e independentistas que todas las mañanas desayunan galletas de rencor y de odio y quieren romper España”. Santamaría, el marianismo o el deseo de flotar sobre los problemas. Uno busca, la otra esquiva, el conflicto.

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Con lo que no sabemos qué ideología tiene Santamaría. Y no sabemos qué ideología no tiene Casado. Se apunta a todas. Intenta seducir por igual a liberales y católicos, a jóvenes urbanitas que votaron a Ciudadanos y a veteranos de los años de plomo contra ETA que podrían votar a Vox.

Casado me recuerda a mí este verano. Estoy aprendiendo a nadar y el monitor me repite que muevo las extremidades con mucha fuerza. Pero, como la pierna izquierda va hacia un lado, la derecha hacia otro, y los brazos están descoordinados, salpico mucho, pero no avanzo.

¿Hacia dónde nada Casado? En las comparativas europeas, el PP aparece como uno de los partidos tradicionales más escorados a la derecha, tanto en economía como en valores culturales. El PP es muy liberal y muy conservador a la vez. El destino natural del nuevo PP debería pues ser el centro. Pero los candidatos a dirigirlo no están por la labor. Santamaría por falta de ideología y Casado por exceso. @VictorLapuente

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