10 fotos

La ciencia de 10 obras maestras de la pintura

Así ve el matemático José David de la Fuente el arte del Museo del Prado

La Anunciación (1426), de Fra Angelico. “Fra Angelico no lo sabía, pero en 'La Anunciación', estaba adelantando alguno de los conceptos einstenianos”, dice el profesor José David de la Fuente, autor del libro 'Diálogos entre ciencia y arte en el Museo del Prado', publicado por la Comunidad de Madrid. Uno de los experimentos mentales claves en el desarrollo conceptual de Einstein fue imaginar cómo sería ir montado en un rayo de luz. “Fra Angelico representa el Espíritu Santo como una paloma sobre un rayo de luz”, dice De la Fuente, “además, al viajar a la velocidad de la luz los cuerpos pierden su masa y se convierten en pura energía: como el Espíritu Santo”. Además, las bóvedas curvas se corresponden con el espacio tiempo curvo de la Relatividad General.
'Cacería en el castillo de Torgau en honor a Fernando I' (1545), de Lucas Cranach el Viejo. “Es un cuadro muy ilustrativo de lo que es la Relatividad General”, dice José David de la Fuente. El autor ve en el lago en el que se mueven los ciervos, curvando la superficie y generando ondas, una representación del espacio tiempo curvo de Einstien. Según su teoría, la más exitosa y aceptada hoy en día para la explicación del Unvierso, la masa deforma el espaciotiempo y los sucesos violentos generan ondas gravitacionales, como recientemente ha confirmado el experimento LIGO, merecedor del premio Nobel de Física en 2017.
'El rapto de Helena' (1579), de Tintoretto. En vez de una batalla entre troyanos y espartanos, De la Fuente ve una lucha entre terrícolas y alienígenas procedentes de un planeta cuántico donde la incertidumbre de Heisenberg se percibe a nivel macroscópico. “Hay que fijarse en esos caballos que se desdoblan, en esa masa de cuerpos borrosos que se despliega al fondo”, indica el profesor. En el hipotético planeta cuántico la constante de Planck, que rige el mundo subatómico, sería un número más grande que en la Tierra, permitiendo ver efectos cuánticos en el mundo cotidiano.
'Las siete artes liberales' (1435), de Giovanni Dal Ponte. En esta decoración frontal de un arcón preside la escena la ciencia de la Astronomía y Tolomeo, y a los lados se despliegan la Euclides y la Geometría, Cicerón y la Retórica, Donato y la Gramática, Pitágoras y el Cálculo, Aristóteles y la Dialéctica y Tubalcaín y la Música. “En lo que yo me fijo es en la simetría de la imagen”, dice el autor, “si hasta ahora la simetría era una propiedad de las formas, de la geometría, en la actualidad la simetría de las leyes físicas, de las ecuaciones, está en la base del conocimiento de la Naturaleza”.
'Las tres Gracias' (1635), de Rubens. Según el Modelo Estándar de Partículas, los quarks se juntan de tres en tres unidos muy fuertemente y pueden ser de diferentes colores. “En el cuadro de Rubens las tres Gracias tienen diferentes colores de cabellos, son tres y bailan muy unidas, por leves gasas, que serían lo gluones”, dice De la Fuente. Las tres Gracias podrían ser tres quarks formando un protón.
'Demócrito' (1630), de Ribera. El filósofo griego Demócrito, que aparece sonriente y harapiento (por su desprecio a los bienes materiales), pensaba que el Universo estaba compuesto de átomos y de vacío. “Es el primero que entiende que las cosas no son infinitamente divisibles, sino que llega un momento en el que llegamos a una partícula indivisible”, de De la Fuente, “según muchos científicos esta es la idea más importante que la Humanidad debería dejar a futuras generaciones si hubiera un cataclismo en la Tierra”.
'El jardín de las delicias' (1515), de El Bosco. “Este cuadro muestra a ideas creacionistas, que hoy sabemos que están equivocadas”, dice De la Fuente, “según se ve en la obra, todas las criaturas fueron creadas a la vez por Dios”. Hoy, gracias la Teoría de la Evolución de Darwin sabemos que en realidad no fue así: unas especies han evolucionado a partir de otras. Algunos sectores no desdeñables de la sociedad, sobre todo estadounidense, todavía luchan por imponer la interpretación literal (y falsa) que propone la Biblia. Además, en su trasera, la obra muestra una grisalla con una representación ptolemaica, es decir, geocéntrica, del Universo.
'Santa Bárbara' (1438), de Robert Campin. La naturaleza de la luz, su forma de crear sombras desde diferentes focos (la umbra, la penumbra), los diferentes colores del espectro electromagnético asociados a las diferentes temperaturas que aparecen el fuego de la chimenea, se representan con precisión científica en esta obra de Campin. “Si la luz estuviera compuesta solo de partículas, no existirían zonas de penumbra”, escribe el profesor, “el pintor, sin saberlo, da una idea de la naturaleza de la luz, de la dualidad onda corpúsculo”.
'El Lavatorio' (1547), de Tintoretto. Según la Teoría de la Relatividad Especial, al movernos a altas velocidades (velocidades relativistas) el tiempo se ralentiza y las longitudes se acortan. “Lo alucinante del cuadro de Tintoretto es que al caminar paralelamente a él, también vemos como la longitudes de los objetos se acortan, como se aprecia en la anchura de la mesa donde están los apóstoles; lo mismo ocurre con las baldosas”.
'El perro semihundido' (1823), de Goya. En la sala de las atormentadas Pinturas Negras de Goya, 'El perro semihundido', misterioso, mira hacia fuera de una entidad extraña que lo engulle irremediablemente. “¡Qué forma más bella y enigmática de representar un agujero negro!”, concluye De la Fuente.