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Así es por dentro el Palacio de Fernán Núñez

El magnífico palacete se alquila para rodajes de todo tipo de películas y series

El Palacio de Fernán Núñez es un magnífico edificio que ha mantenido intacto gran parte del mobiliario de la segunda mitad del XIX. Se alquila para rodajes de largometrajes y series y puede visitarse en grupos o con iniciativas como Bienvenidos a palacio.SAMUEL SÁNCHEZ
Pese a sus diferentes temáticas, las series El ministerio del tiempo (TVE), Las chicas del cable (Netflix) y El tiempo entre costuras (Antena 3) tienen algo en común: todas han usado como escenario el Palacio de Fernán Núñez. En la foto, el fastuoso salón de baile del palacio.SAMUEL SÁNCHEZ
La sobria fachada neoclásica de la calle de Santa Isabel no preludia el suntuoso interior que sorprenderá al visitante. Se accede por un amplio zaguán que fue entrada de carruajes y donde ahora recibe una exposición con fotografías históricas del palacio.SAMUEL SÁNCHEZ
Si se continúa hacia adelante, hay un amplio patio —techado posteriormente con estilo modernista— que da acceso a un antiguo salón de tapices. Aquí se instaló uno de los primeros ascensores de Madrid.
“La particularidad de este palacio es que conserva alfombras, tapices, lámparas y muebles originales, lo que permite hacernos una idea de cómo vivía la nobleza en esta época”, explica Inmaculada García, conservadora del inmueble.SAMUEL SÁNCHEZ
El Palacio de Fernán Núñez es la sede de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles desde 1985. Fue adquirido en 1941 por la Compañía de los Ferrocarriles del Oeste de España, de donde pasó a Renfe. La institución que lo alberga pertenece al 50% a Renfe y Adif.SAMUEL SÁNCHEZ
Fuera, una terraza de mármol preludia un hermoso jardín presidido por un majestuoso magnolio flanqueado por laureles y camelias. El antiguo invernadero es ahora un salón de actos.SAMUEL SÁNCHEZ
De vuelta al zaguán aparece la escalera de honor, la principal, presidida por un retrato de Alfonso XII que pertenece al Museo del Prado (el palacio tiene en depósito tres cuadros de la pinacoteca). Por esta escalera se accedía cada vez que había uno de los fastuosos bailes de trajes que pusieron el palacio en el mapa de la prensa nacional e internacional.SAMUEL SÁNCHEZ
Los ciudadanos pueden pasear por sus majestuosos salones, decorados con gran estilo por el conde de Cervellón y la duquesa de Fernán Núñez, y descubrir cuál era el rincón favorito de la reina Isabel II, bien formando un grupo (de 15 o 25 personas; unos 5 euros por persona) o con iniciativas como Bienvenidos a palacio, que organiza visitas a este tipo de edificios históricos (gratis).SAMUEL SÁNCHEZ
El salón rojo mantiene la gran alfombra elaborada en 1860 en la Real Fábrica de Tapices y todos los muebles originales, de estilo isabelino, además de una lámpara original de cristal francés y los cortinajes y chimenea de la época.SAMUEL SÁNCHEZ
De ahí se accede al salón de baile, joya de la corona: tiene ocho metros de altura y tres lámparas monumentales de cristal de Baccarat; está decorado con pinturas que muestran niños con instrumentos y vidrieras pintadas. Al fondo, el palco de los músicos, al que subían los intérpretes; los nobles les hacían peticiones desde abajo a través de un tubo oculto en la pared.SAMUEL SÁNCHEZ
Se dice que Isabel II tenía predilección por el siguiente salón, el amarillo —o isabelino—, y que se sentaba en un extremo del sofá de estilo francés que alberga.SAMUEL SÁNCHEZ
El salón amarillo mantiene las enteladas de 1900 con sedas amarillas de Lyon y pinturas de Vicente Palmaroli. Al fondo, el sofá donde se sentaba la reina Isabel II.SAMUEL SÁNCHEZ
El origen del Palacio se remonta a 1753 cuando Blas Jover, miembro del Consejo de Fernando VI, construye su vivienda en unos terrenos obtenidos por la parcelación de los huertos del Convento de Santa Isabel. Antes, los terrenos en los que se edificó el Convento los ocupaba la Casilla de Atocha, propiedad de Antonio Pérez, Secretario de Felipe II.SAMUEL SÁNCHEZ
Según explica la Fundación de Ferrocarriles Españoles, Miguel José María de la Cueva, XIII duque de Alburquerque y IV marqués de la Mina, adquiere y transforma la vivienda en 1769. En 1803 fallece y el edificio se utiliza como cuartel, hospital y viviendas. En 1815, Felipe María Osorio de la Cueva, VII conde de Cervellón, hereda la mansión y se casa con María Francisca de Asís, II duquesa de Fernán-Núñez.SAMUEL SÁNCHEZ
El conde de Cervellón y la duquesa de Fernán-Núñez reforman la mansión entre 1847 y 1849, convirtiéndola en el Palacio de estilo romántico que se conserva actualmente. Este nuevo palacio se convierte en uno de los centros de la vida social madrileña. La decoración se mantiene intacta desde entonces.SAMUEL SÁNCHEZ
La sala de billar del palacio está presidida por un cuadro de Ramón Bayeu —cuñado de Francisco de Goya—, titulado 'El juego de los niños' y cedido por el Museo del Prado gracias a la iniciativa 'El Prado disperso'.SAMUEL SÁNCHEZ
Como otros edificios palaciegos del XIX, el inmueble se articula en dos áreas, la noble y la de servicio. La parte noble está profusamente ornamentada con su decoración original, mientras que la de servicio se convirtió en oficinas en 1941. En la foto, un pasillo de la zona noble.SAMUEL SÁNCHEZ
A la derecha, una de las galerías del palacio, cuyo suelo mantiene los azulejos originales con formas geométricas; a la izquierda, patio cubierto de estilo modernista, cuya reforma se acometió a principios del siglo XX.SAMUEL SÁNCHEZ
“Cuando los Reyes subieron y tomaron asiento en el salón, empezó a desfilar por delante de ellos una brillante comparsa. [...] Después comenzó el baile”, dice una crónica de 1863 de la revista 'La Violeta'. En la imagen, detalle decorativo del palacio.SAMUEL SÁNCHEZ
Según destaca la Fundación de Ferrocarriles españoles, el salón de baile recuerda la galería de los espejos de Versalles. El jardín, por su parte, fue diseñado por arquitectos y paisajistas parisinos. En la imagen, la sala de billar, presidida por un cuadro de Ramón Bayeu.SAMUEL SÁNCHEZ
La alcoba de los duques, que luego se convertiría en salón de tapices, mantiene las puertas originales profusamente talladas y una lámpara veneciana de cristal de Murano. En las paredes, retratos de los sucesivos presidentes de Renfe.SAMUEL SÁNCHEZ
El palacio tiene una colección de relojes del XIX, muchos de ellos originales palaciegos y otros comprados por ministro de Fomento Gonzalo Fernández de la Mora. También hay algunos traídos desde distintas estaciones de Renfe. En la foto, acceso a las estancias más nobles del palacio.SAMUEL SÁNCHEZ
El palacete tiene muchos trampantojos en cuanto a materiales; por ejemplo, las paredes de algunas salas están realizadas en estuco que imita el mármol en una imitación casi perfecta. En la foto, uno de los salones.SAMUEL SÁNCHEZ
Cuando la Compañía de los Ferrocarriles del Oeste de España -que luego se integró en Renfe- adquirió el palacio, en 1941, lo hizo con toda la decoración original, si bien los descendientes de Fernán Núñez excluyeron de la compra las obras de arte más valiosas.SAMUEL SÁNCHEZ
Una de las últimas estancias que se visitan es la escalera de nogal tallada con motivos vegetales y el escudo de los duques, presidida por una enorme lámpara de cristal de La Granja, y con techo de estuco que imita la madera.SAMUEL SÁNCHEZ
El palacio de Fernán Núñez se puede visitar formando un grupo. Pasear por sus estancias permiten al visitante sentirse como un duque o una reina del siglo XIX.SAMUEL SÁNCHEZ