La Ópera de París abre una investigación sobre acoso

La directora artística, Aurelie Dupont, en el punto de mira tras una encuesta en la que el 89,8% de los consultados critican sus métodos

Aurelie Dupont, en el centro rodeada de algunos de sus bailarines.

El demoledor titular de este martes en el diario Le Monde, un periódico libre de toda sospecha de sensacionalismo, ha puesto en alerta a toda la Europa del arte del ballet y de los teatros o entes líricos que albergan grandes conjuntos de danza clásica: “Sospechas de acoso en la Ópera de París”. El artículo, que aparece genéricamente firmado en redacción como Le Monde, comienza con los datos de una encuesta interna que refleja que un 89,8% de los encuestados critica abiertamente a la nueva directora artística, la etoile Aurelie Dupont y opinan además “que no son obje...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
Más información

El demoledor titular de este martes en el diario Le Monde, un periódico libre de toda sospecha de sensacionalismo, ha puesto en alerta a toda la Europa del arte del ballet y de los teatros o entes líricos que albergan grandes conjuntos de danza clásica: “Sospechas de acoso en la Ópera de París”. El artículo, que aparece genéricamente firmado en redacción como Le Monde, comienza con los datos de una encuesta interna que refleja que un 89,8% de los encuestados critica abiertamente a la nueva directora artística, la etoile Aurelie Dupont y opinan además “que no son objeto de una gestión de buena calidad”.

Un documento de más de 200 páginas resultado de una investigación interna encargada por la dirección de la principal casa francesa de ópera y ballet es concluyente: los ataques a Dupont son inéditos, nunca había sucedido algo así; también se cuestiona la salida del anterior director, el muy mediático Benjamin Millepied (Burdeos, 1977), marido de la actriz Natalie Portman y que saltó a la fama mundial tras coreografiar el filme Cisne negro.

Millepied ya en algunas entrevistas se mostró crítico con la ópera misma, cuestionando, por ejemplo, la enorme estructura burocrática y que no hubiera ni mestizos ni negros en su cuerpo de ballet. En la misma encuesta anónima citada, un 25.9% de la plantilla afirma haber sido víctima de acoso sexual o haberlos presenciado, ser testigos directos de tales inaceptables hechos.

El director Stephane Lissner, con la directora de la Ópera de París Aurelie Dupont.DOMINIQUE FAGET (AFP)

La encuesta, siempre según Le Monde, se filtró fuera de los muros de la Ópera Garnier y está, íntegra, en manos de la agencia France Presse [AFP], así como el largo informe generado por el llamado Comité de Expresión Artística, un órgano interno elegido por los bailarines y que en este caso entrevistó a un centenar de miembros de un total de 154 componentes. Lissner este pasado lunes manifestó a la misma agencia de noticias que mantenía su plena confianza en Aurelie Dupont y que era “una excelente directora de la danza”, pero resaltó su extrañeza por la filtración al exterior de esos documentos internos.

También unos 100 miembros de la compañía de ballet se han manifestado asombrados y contrarios a la apresurada difusión de la encuesta y el informe, recalcando que se hizo sin su consentimiento y que se está usando de manera contraria a sus intereses. Lo cierto es que tanto la encuesta como el informe son durísimos con Dupont, con expresiones como “No somos peones” y “La directora actual no tiene habilidad alguna en la gestión ni deseos de adquirirla”; también se la cita como con “falta de conocimientos y su negativa a escuchar las aspiraciones de los bailarines”.

A raíz de estas revelaciones, Lisser no ha tenido más remedio que hacer públicos los tres casos que ha habido desde 2015 de despidos por acoso sexual dentro de la Ópera de París, asuntos que hasta ahora se habían llevado muy discretamente siempre con la discutida idea de no perjudicar el prestigio de la institución. Así el director general ha conminado a los bailarines que han sufrido acoso sexual a hablar inmediatamente con la dirección. “No es discutible. Tolerancia cero. Los tres casos desde 2015 terminaron en despidos, pero es necesario que quien ha sufrido esto, hable”, ha manifestado Lissner a AFP.

La ola de denuncias anónimas y de drásticas actuaciones de respuesta en el ámbito de los teatros de ópera y de ballet tanto estadounidenses como europeos parecía haberse calmado, pero no es así. Los casos del director musical James Levine (Cincinnati, 1943) en el Metropolitan Opera House de Nueva York, del primer bailarín de origen brasileño Marcelo Gomes (Manaos, 1979) en el American Ballet Theatre [ABT] y del coreógrafo y director danés Peter Martins (Copenhague, 1946) en el New York City Ballet [NYCB] son solamente la punta de un iceberg, la parte más publicitada por la notoriedad y fama de sus protagonistas.

No todo el mundo está de acuerdo con la solución que las administraciones de estos teatros e instituciones han dado a sus respectivos dramas internos. Una respuesta controvertida ha sido la Julie Kent (Bethesda, 1969), ex primera bailarina del ABT y partenaire habitual de Gomes, actual directora artística del Washington Ballet, que poco después de la expulsión del brasileño lo invitó a Washington como maestro ensayador y bailarín. Gomes siempre ha rechazado las acusaciones de un anónimo sobre unos supuestos hechos sucedidos hace 9 años que no han pasado a denuncias reales y públicas.

Otras fuentes parisienses señalan que, tras esta polémica de abusos en la ópera, subyace otra también de fuerte calado: la herida aún abierta por la renuncia hace menos de dos años de Benjamín Millepied al puesto de director de la danza, que llegó como el gran renovador de la institución en el siglo XXI, y su sustitución por Dupont, con una visión mucho más convencional y conservadora.

Archivado En