Un doctor en Livingston

El papel del médico es fundamental en una base antártica. En esta fase de la campaña, Daniel Pérez del Castillo es el médico de la BAE Juan Carlos I, en isla Livingston

Daniel Pérez del Castillo, médico de la BAE Juan Carlos I durante la segunda fase de la actual campaña.José Miguel Viñas

La lejanía y el aislamiento de los lugares donde se desarrollan actividades en la Antártida obligan a contar con un profesional de la salud experimentado y versátil, capaz de actuar rápido ante cualquier contingencia que pueda surgir, desde un leve catarro o una torcedura de tobillo, hasta cosas más graves como un fuerte traumatismo o un infarto.

Para acometer con la mayor de las garantías esa difícil misión, la BAE Juan Carlos I cuenta con dos médicos en cada campaña –uno en la primera fase y otro en la segunda–. Durante mi estancia en la base, he coincidido con Daniel Pérez del Castil...

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La lejanía y el aislamiento de los lugares donde se desarrollan actividades en la Antártida obligan a contar con un profesional de la salud experimentado y versátil, capaz de actuar rápido ante cualquier contingencia que pueda surgir, desde un leve catarro o una torcedura de tobillo, hasta cosas más graves como un fuerte traumatismo o un infarto.

Para acometer con la mayor de las garantías esa difícil misión, la BAE Juan Carlos I cuenta con dos médicos en cada campaña –uno en la primera fase y otro en la segunda–. Durante mi estancia en la base, he coincidido con Daniel Pérez del Castillo, al que todos familiarmente llamamos Dani (uno de los tres que en este momento hay aquí). Este médico de familia, de atención primaria, formó parte durante 10 años del Grupo de Rescate de Montaña de la Guardia Civil, donde se curtió en la asistencia médica de personas que desarrollan su actividad en zonas de difícil acceso donde habitualmente las condiciones meteorológicas son extremas, tal y como ocurre en la Antártida. Esa actividad profesional le brindó la oportunidad, en 2008, de participar en su primera campaña antártica, y con la actual son ya cinco en las que ha estado, compaginándolo en la actualidad con su trabajo de médico en el centro de salud de Hecho (Huesca).

Sala de enfermería de la BAE Juan Carlos I.José Miguel Viñas

Antes de viajar a la Antártida, todos los participantes en las campañas antárticas tenemos que pasar un examen médico bastante exhaustivo, destinado a diagnosticar el estado de salud de cada individuo. Dicho examen sirve principalmente para descartar posibles patologías o enfermedades que podrían poner en riesgo la vida de determinadas personas en caso de viajar allí, algo que se trata de evitar. Personas con enfermedades crónicas, pero que las tienen controladas con medicación, no tienen, a priori, problemas a la hora de pasar ese control médico. El Comité Polar Español tiene un médico que es el que firma los informes y otorga el apto o no apto a cada participante en la campaña.

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Esos informes los tiene a su disposición Dani en su ordenador, como principal referencia de cada una de las personas que pasamos por la base. El módulo de habitabilidad cuenta con una amplia enfermería en su planta baja, muy bien equipada, similar a una sala de urgencias de un hospital provincial. Entre los aparatos que hay, se dispone de un ecógrafo un electrocardiograma y también dos desfibriladores semiautomáticos (DESA), uno de los cuáles lo tienen en estos momentos en el Campamento Byers, mientras están allí varios científicos de campaña.

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Para Dani estar de médico en la Antártida es un reto profesional, que le ha ido permitiendo aprender aspectos médicos que desconocía previamente, como los barotraumas ligados a las actividades de los buceadores bajo el agua. Lo que más comúnmente atiende son traumatismos, principalmente de tobillo, dado el terreno pedregoso que hay en los alrededores de la base, o los catarros. En sus cinco campañas sólo ha tenido que solicitar dos evacuaciones, si bien en ninguna de ellas se trató de una situación en que peligrara la vida del paciente. En uno de los casos, asistió a un montañero de la vecina base búlgara, que sufrió una importante rotura. Dani consiguió actuar sobre la herida y estabilizarle, hasta que transcurridos varios días fue evacuado en barco.

Curso de Reanimación y técnicas de primeros auxilios impartido por Daniel Pérez del Castillo en la BAE Juan Carlos I al personal de la base el pasado 24 de febrero.José Miguel Viñas

La clave del éxito de su misión, la de todos los médicos que pasan por la base, reside en la prevención. Una buena alimentación, unas buenas normas en materia de higiene, y una serie de recomendaciones para las salidas de la base, con el objetivo de evitar accidentes, son la mejor garantía para que el médico actúe lo menos posible y todo discurra con normalidad. Los médicos también imparten en la base cursos teórico-prácticos de primeros auxilios y reanimación al personal de la UTM del CSIC que trabaja en la base, a uno de los cuáles tuve ocasión de asistir. Siempre de guardia, la medicina preventiva es la apuesta fuerte de los doctores de Livingston.

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