Cartas al director

Transición e independentismo

La Transición española fue un acto de renuncia de las posiciones excluyentes de los partidos de derechas e izquierdas, por lo menos a medio plazo. Esto ha creado insatisfacciones, pero ha garantizado la convivencia. Los partidos nacionalistas, en cambio, no renunciaron a su propuesta de independencia a medio plazo. No entendieron la autonomía como el marco de convivencia donde pueden desarrollar gran parte de su programa, sino como un medio para llegar a la ruptura. Sin una renuncia a los programas excluyentes, se produce una fractura social incompatible con la convivencia democrática.— ...

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La Transición española fue un acto de renuncia de las posiciones excluyentes de los partidos de derechas e izquierdas, por lo menos a medio plazo. Esto ha creado insatisfacciones, pero ha garantizado la convivencia. Los partidos nacionalistas, en cambio, no renunciaron a su propuesta de independencia a medio plazo. No entendieron la autonomía como el marco de convivencia donde pueden desarrollar gran parte de su programa, sino como un medio para llegar a la ruptura. Sin una renuncia a los programas excluyentes, se produce una fractura social incompatible con la convivencia democrática.— José Ivorra. Valencia.

Podría parecer que haya sido de la noche a la mañana. Podría parecer una respuesta espontánea al nacionalismo más rancio. Podría parecer el inminente resurgir de sentimientos patrióticos encontrados. Podría parecer la unión de jóvenes contra la demagogia secesionista. Podría parecer un grupo de intelectuales (o no) avispados, que han dado a los indepes más encausados de su propia medicina. Podría parecer la revolución de los “280 caracteres” y de los hashtags. También podría parecer una guerra de trending topics. Quizás sea todo esto, o quizás no. Yo solo sé que lo de Tabarnia viene de antaño.— Pablo Mariñoso de Juana. Madrid.

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