Alba Carrillo y su madre tienen nuevo espectáculo

La popularidad de esta mediática pareja es un rentable negocio, tanto que está en proyecto hacer un ‘reality’ de su vida

Alba Carrillo y su madre, Lucía Pariente, en la presentación de la película 'La llamada', en Madrid. Getty Images

Ver a Alba Carrillo (31 años) y a su madre Lucía Pariente en un reality tipo Las Campos es solo un proyecto que de momento no tiene ni modelo ni fecha para hacerse realidad. De hecho, poco después de saltar la noticia, la misma Lucía Pariente desmintió en la revista Semana esa posibilidad: “Ha habido una oferta, pero no es nuestro modo de trabajar”, dijo. Una afirmación que puede ser cierta o tener la misma escasa fiabilidad que cuando, en alguna de las múltiples apariciones a las que Pariente ti...

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Ver a Alba Carrillo (31 años) y a su madre Lucía Pariente en un reality tipo Las Campos es solo un proyecto que de momento no tiene ni modelo ni fecha para hacerse realidad. De hecho, poco después de saltar la noticia, la misma Lucía Pariente desmintió en la revista Semana esa posibilidad: “Ha habido una oferta, pero no es nuestro modo de trabajar”, dijo. Una afirmación que puede ser cierta o tener la misma escasa fiabilidad que cuando, en alguna de las múltiples apariciones a las que Pariente tiene acostumbrados a los espectadores de Sálvame, afirmó que no volvería a televisión y que acudía al programa para despedirse.

Con o sin reality, Alba Carrillo y su madre Lucía Pariente han conseguido convertir su vida y sus rencillas frente a las cámaras en un negocio más que rentable. Para ellas y también para las cadenas que saben que su presencia sube las cifras de audiencia. La última gala de la edición de Supervivientes en la que participaron tuvo un 33,4% de cuota de pantalla y fue la segunda más vista de la historia del programa. El 28 de octubre madre e hija volvieron a hacer una aparición estelar en Sábado Deluxe, con lágrimas y reproches incluidos, que consiguió pegar al televisor, y a Telecinco, a más 1.500.000 espectadores. Una cifra más modesta que los más de 3,6 millones de la aludida gala de Supervivientes pero que supuso la mayor cifra de audiencia del día.

Alba Carrillo, en el centro, en la final de 'Supervivientes'.Cordon Press

El programa Las Carrillo está en el aire, pero lo que es cierto es que La fábrica de la tele, productora que tiene la exclusiva de hija y madre, ha conseguido de nuevo hacer honor a su nombre y crear dos personajes televisivos a partir de los aireados fracasos sentimentales de la primera. Tanto como para que el proyecto de un reality no sea un encargo en firme pero tampoco una idea desechada a la primera. Si los personajes venden, todo programa es posible.

Mientras, las protagonistas del enredo siguen haciendo caja. La exreservista del ejército del aire se mueve como pez en el agua en los platós y su hija, Alba Carrillo, diversifica su fama: ya ha conseguido sección fija en Sálvame (Las pelotas de Alba) y blog en la revista Semana (Las perlas de Alba). Por el camino han quedado abogadas hastiadas de los modos y exigencias de una y otra, representantes que se dan de baja porque ellas solas creen gestionar mejor sus ‘carreras’ y, como no, exparejas famosas de Carrillo, léase Fonsi Nieto, padre de su hijo Lucas, y el tenista Feliciano López.

Alba Carrillo con su hijo y su madre, Lucia Pariente, el pasado mes de agosto.GtresOnline

Pero a la sombra de una popularidad que parecen tener prisa por rentabilizar a corto plazo, crecen las demandas judiciales y las dudas sobre la verdad de ese rostro angelical que conmovió a muchos espectadores cuando contó los motivos de su polémica separación de Feliciano López. El expiloto de motos Fonsi Nieto se ha cansado de llevarse bien con sus ex, esposa y suegra, y reclama la custodia del hijo de ambos. El tenista Feliciano López ha conseguido rehabilitar su imagen de marido infiel y con escasez de libido que le atribuyó Carrillo, a base de dosificar sabiamente sus declaraciones y reírse discretamente de los comentarios de su exmujer repitiendo bajito pero insistentemente: “es la única manera de sobrellevarlas”.

Como afirman expertos del sector “muchos de estos personajes salen de un reality y desean volver a sus vidas. Otros quieren mejorar y buscar su sitio como colaboradores o presentadores. Y algunos viven la fama con rapidez, sin escuchar consejos y pueden quemarse demasiado rápido”. Aunque firmen exclusivas con una productora, nadie tiene la obligación de hacer algo que no le guste por mucho que, en estos casos, sea frecuente el revoloteo de gente opinando sobre el camino a seguir.  Se trata de una elección personal que a veces sale bien y otras acaba en fracaso a largo plazo. Ver el final de esta historia todavía deparará grandes momentos de audiencia. El interrogante es, ¿por cuánto tiempo?

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