Yo fui a la ESO

Te das cuenta de que te has hecho mayor cuando todo lo que pasaba en tu infancia y adolescencia vuelve

Ángeles y Dioni, de Camela.

Olvídense de la nostalgia ochentera, que ya está pasada de moda. Te das cuenta de que eres adulta cuando todo lo que pasaba en tu infancia y adolescencia vuelve, en plan retro. Después de exprimir a la generación Yo fui a EGB, de reivindicar Barrio Sésamo y La bola de cristal y de ver cómo volvían grupos como Modestia Aparte, me he dado cuenta de que el marketing apunta directamente a la generación siguiente, la mía. Los que crecimos en los 90 y fuimos a la ESO, con el estigma que aún nos supone cuando hablamos con los que estudiar...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Olvídense de la nostalgia ochentera, que ya está pasada de moda. Te das cuenta de que eres adulta cuando todo lo que pasaba en tu infancia y adolescencia vuelve, en plan retro. Después de exprimir a la generación Yo fui a EGB, de reivindicar Barrio Sésamo y La bola de cristal y de ver cómo volvían grupos como Modestia Aparte, me he dado cuenta de que el marketing apunta directamente a la generación siguiente, la mía. Los que crecimos en los 90 y fuimos a la ESO, con el estigma que aún nos supone cuando hablamos con los que estudiaron BUP. Bienvenidos a la nostalgia noventera.

La semana pasada lo constaté con dos ejemplos: por un lado, la promo de Strangers Things, de Netflix, que rescataba el teletexto. Y también a Leticia Sabater, quien me acompañaba de niña a la hora de comer mientras decía: “A mediodía… ¡alegría!”. El segundo ejemplo ha sido el fenómeno televisivo de la temporada: la vuelta de Operación Triunfo. Lo único que tenía en común con la primera edición, la de Rosa, Bustamante y Bisbal y Chenoa y que ahora cumple 16 años, es la sintonía. Pero da igual. Fue el segundo programa más comentado en Twitter del año, solo por detrás de Eurovisión.

Los ciclos de la nostalgia son cada vez más cortos. Si la nostalgia vende es porque aquellos a los que se dirige ya han alcanzado la edad de gastar. Y, entonces, el sentimiento se convierte en producto con el que hacer negocio: ya podemos volver a comprar nuestra primera consola (la Nintendo Entertainment System), nuestro primer móvil (el Nokia 3310) y Camela es cabeza de cartel del Sonorama.

Sobre la firma

Archivado En