Bodas gratis solo para madrugadores en Holanda

Uno de cada tres matrimonios civiles resultó gratis en Holanda en 2016, si se descuentan los 10 euros del registro, según las estadísticas. La moda de casarse de modo exprés en el Ayuntamiento y en compañía de dos testigos ha arraigado, y las listas de espera suman hasta seis meses para unas bodas que no suelen durar más de diez minutos. La demanda es tal, que los propios alcaldes tratan de restarle atractivo a base de poner impedimentos a las parejas que dispongan de fondos para pagar una ceremonia mejor.

La Convención Europea de Derechos Humanos de 1953 incluye en su lista el matrimo...

Uno de cada tres matrimonios civiles resultó gratis en Holanda en 2016, si se descuentan los 10 euros del registro, según las estadísticas. La moda de casarse de modo exprés en el Ayuntamiento y en compañía de dos testigos ha arraigado, y las listas de espera suman hasta seis meses para unas bodas que no suelen durar más de diez minutos. La demanda es tal, que los propios alcaldes tratan de restarle atractivo a base de poner impedimentos a las parejas que dispongan de fondos para pagar una ceremonia mejor.

La Convención Europea de Derechos Humanos de 1953 incluye en su lista el matrimonio y la formación de una familia. Unido a ello, la legislación holandesa obliga a los Ayuntamientos a ofrecer un cupo de bodas gratuitas. A partir de 10.000 habitantes, deben contar con dos días a la semana para ello, que suelen ser lunes y martes. El horario es tempranero, a las nueve de la mañana, y la ceremonia varía: desde las nupcias pausadas, con 20 familiares y amigos como máximo, a las vertiginosas, sin tiempo siquiera para fotos o intercambio de anillos, y los novios acompañados por dos o cuatro testigos. Nada de todo ello parece arredrar a unos contrayentes que aguardan meses de cola.

Y esa es la crítica surgida desde los propios Consistorios. Una boda por lo civil, a una hora decente y en compañía de parientes y amigos, cuesta 100 euros. Una cifra asequible que permite disfrutar mejor del momento. Hay tiempo para una ceremonia propiamente dicha. En las otras, señalan varios funcionarios que prefieren mantenerse en el anonimato, “todo se reduce a un trámite que hasta nos deja mal sabor de boca”.

Como las peticiones continúan, la fórmula empleada para desanimar a las parejas está dentro de la ley, pero hay que esforzarse en encontrarla. Los detalles de la modalidad gratuita aparecen en la letra pequeña de la información general. Por ejemplo, la sala ofrecida puede ser muy pequeña. Y, a veces, se rechaza incluso a los que no sean vecinos para evitar el turismo nupcial.