El derecho a decidir
El pretendido derecho a decidir, utilizado como instrumento al servicio de la secesión del Estado, presenta, entre otros inconvenientes, el de su carácter asimétrico, discriminatorio y ventajista. Las dos opciones, la unionista y la independentista, no se encuentran en posición de igualdad. Si triunfa en un referéndum la tesis unionista o constitucionalista, su victoria será efímera, temporal, provisional, expuesta a sucesivas exigencias de revancha, de nuevas consultas. Y si, antes o después, la opción independentista es la que se impone, su victoria será definitiva. Entonces se habrá acabado...
El pretendido derecho a decidir, utilizado como instrumento al servicio de la secesión del Estado, presenta, entre otros inconvenientes, el de su carácter asimétrico, discriminatorio y ventajista. Las dos opciones, la unionista y la independentista, no se encuentran en posición de igualdad. Si triunfa en un referéndum la tesis unionista o constitucionalista, su victoria será efímera, temporal, provisional, expuesta a sucesivas exigencias de revancha, de nuevas consultas. Y si, antes o después, la opción independentista es la que se impone, su victoria será definitiva. Entonces se habrá acabado el derecho a decidir.
Y, por último, una precisión. En España, como en Francia o en Suiza, países con cuyos nacionales el señor Junqueras cree encontrar tantos parecidos, existe la posibilidad de votar y elegir. Pero aquí como allí la libertad de votar es una libertad no absoluta, sino de tipo legal, que se ejerce en virtud de la ley y dentro de los límites que la ley marca.— Mariano Aguilar Benítez de Lugo. Camas, Sevilla.