Un cinturón suyo y de nadie más

El servicio My LV Belt permite diseñar su propia versión del cinturón Louis Vuitton. Hay 240 variaciones distintas

La personalización siempre ha sido una de las claves del lujo. La casa francesa Louis Vuitton es perfectamente consciente de ello, ya que su fama creció durante los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX precisamente gracias a lujosos artículos de viaje que los clientes singularizaban con sus iniciales y detalles. Por eso desde hace años sus tiendas cuentan con especialistas capaces de personalizar bolsos, maletas y objetos de pequeña marroquinería como carteras y billeteros. De esta manera, ha logrado resolver la convivencia pacífica entre dos logos: el del cliente y el legendario M...

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La personalización siempre ha sido una de las claves del lujo. La casa francesa Louis Vuitton es perfectamente consciente de ello, ya que su fama creció durante los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX precisamente gracias a lujosos artículos de viaje que los clientes singularizaban con sus iniciales y detalles. Por eso desde hace años sus tiendas cuentan con especialistas capaces de personalizar bolsos, maletas y objetos de pequeña marroquinería como carteras y billeteros. De esta manera, ha logrado resolver la convivencia pacífica entre dos logos: el del cliente y el legendario Monogram (o Damier) de la maison parisina.

Ahora, sin embargo, da un paso más allá y aplica este principio a su colección de cinturones. El servicio My LV Belt se inaugura por todo lo alto con una propuesta ambiciosa: aquí no hablamos simplemente de pequeñas alteraciones, sino de permitir al cliente elegir cada uno de los detalles. En primer lugar, la base: 14 correas clásicas en materiales que van desde la piel de becerro hasta el cocodrilo, en distintos anchos y colores.

Una vez definida la correa, llega el turno de la hebilla, con 12 opciones disponibles. Hay metales (oro brillante, paladio o rutenio) y materiales insólitos, como la madera. Todas ellas plantean variaciones sobre el logo de Louis Vuitton. Por último, gracias a un servicio de Hot Stamping disponible en el propio local, grabar las iniciales propias dejará de ser un proceso laborioso. El resultado final de este ejercicio de combinatoria arroja una cifra impresionante: 240 variaciones posibles. Todas ellas están posibles en las tiendas Louis Vuitton. Lo complicado, claro está, es elegir. Eso tiene que hacerlo el cliente por sí mismo.

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