Columna

Un 6 de octubre postmoderno

Los jueces republicanos enviaron a la cárcel a los protagonistas del intento de golpe de 1934

Reunión del consejo ejecutivo del Gobierno de la Generalitat de Cataluña.Massimiliano Minocri (EL PAÍS)

En los años ochenta, era miembro del Consejo Consultivo de la Generalitat, un organismo que, tras el nuevo Estatuto de 2006, ha pasado a denominarse Consejo de Garantías Estatutarias. Se trata de un organismo asesor del Parlamento y del Gobierno de la Generalitat en cuestiones relativas a la Constitución y el Estatuto.

Un día le expresé a otro consejero, Robert Vergés, mis dudas sobre la utilidad y eficacia del Consejo. Me dijo: “Mira, tienes algo de razón. Pero el Consejo no ha sido creado para las rutinarias tareas que llevamos a cabo sino para otra mucho más importante: para impedir ...

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En los años ochenta, era miembro del Consejo Consultivo de la Generalitat, un organismo que, tras el nuevo Estatuto de 2006, ha pasado a denominarse Consejo de Garantías Estatutarias. Se trata de un organismo asesor del Parlamento y del Gobierno de la Generalitat en cuestiones relativas a la Constitución y el Estatuto.

Un día le expresé a otro consejero, Robert Vergés, mis dudas sobre la utilidad y eficacia del Consejo. Me dijo: “Mira, tienes algo de razón. Pero el Consejo no ha sido creado para las rutinarias tareas que llevamos a cabo sino para otra mucho más importante: para impedir otro 6 de octubre”. Me quedé estupefacto y le dije que exageraba, que aquel acontecimiento de 1934 no volvería a repetirse. “No creas, hablo en serio, yo viví siendo muy niño aquellos años, este país es muy bestia, sé lo que me digo”.

Robert Vergés provenía de una familia catalanista y de izquierdas. Su padre, Pere Vergés, fue un pedagogo noucentista, que en los años veinte y treinta dirigió la famosa Escola del Mar y después, en los años sesenta, fundó la Escola Garbí. Robert había formado parte durante el franquismo del Moviment Socialista de Cataluña, en el ala que encabezaba Josep Pallach y, después, por afinidad con Heribert Barrera, entró en ERC, y este partido fue el que le propuso en 1981 para formar parte del Consejo Consultivo. En definitiva, por tradición familiar y por experiencia propia sabía de lo que hablaba y no pueden ponerse en duda sus raíces catalanistas y demócratas. “Este país es muy bestia”, dijo. Me quedó grabado en la memoria.

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Y lo recordé el otro día cuando leí la noticia de que el diputado Joan Coscubiela, el último psuquero en activo, que forma parte del grupo parlamentario de Catalunya Sí que es Pot, se esforzaba en lanzar desesperados tuits diciendo que en la sesión parlamentaria de hoy, si se alteraba el orden del día conforme a la modificación del reglamento de la Cámara catalana, se iba a “derogar el Estatuto” porque, entre otras razones, se impedía que pudiera dictaminar el Consejo de Garantías Estatutarias, “órgano de control democrático de las leyes”, según sus propias palabras.

Me acordé de Vergés, de sus palabras. El Consejo tenía por función impedir otro 6 de octubre de 1934, aquel momento de rauxa de Companys y compañía que tan bien nos han contado, entre otros demócratas catalanistas, Amadeu Hurtado y Gaziel. Si todo sucede como está previsto, el nuevo 6 de octubre, esta vez postmoderno, tendrá lugar hoy, 6 de septiembre. Por cierto, en 1934 los protagonistas de aquel intento de golpe de Estado acabaron todos en la cárcel, procesados por las autoridades judiciales de la República.

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