Un partido dividido
Con el cese de los consejeros del viernes se ha completado un proceso de sustitución de CiU por ERC como el partido hegemónico del nacionalismo. Primero fue la separación y posterior irrelevancia de Unió, luego el acuerdo entre ERC y la CUP para apartar a Artur Mas de la presidencia y poner a un president que ni iba en las listas y, por último, sembrando diferencias y descontento en el PDeCAT estableciendo una división entre duros y tibios. No sería de extrañar que en unos meses —y tras el previsible fiasco del 1 de octubre— veamos a Puigdemont fuera del PDeCAT y formando tándem elect...
Con el cese de los consejeros del viernes se ha completado un proceso de sustitución de CiU por ERC como el partido hegemónico del nacionalismo. Primero fue la separación y posterior irrelevancia de Unió, luego el acuerdo entre ERC y la CUP para apartar a Artur Mas de la presidencia y poner a un president que ni iba en las listas y, por último, sembrando diferencias y descontento en el PDeCAT estableciendo una división entre duros y tibios. No sería de extrañar que en unos meses —y tras el previsible fiasco del 1 de octubre— veamos a Puigdemont fuera del PDeCAT y formando tándem electoral con Junqueras en las próximas elecciones al Parlament aunque sea como independiente, en agradecimiento por los servicios prestados, habiendo dejado un PDeCAT débil, sin líderes y dividido.— Rafael Soriano Román. Mataró (Barcelona).
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