Moda rumbo al mar

El desfile que Boss Menswear presentó el pasado 11 de julio en Nueva York reivindica el espíritu marítimo de la masculinidad contemporánea

Desfile Primavera/Verano 2018 de Boss Menswear.

La inspiración náutica siempre ha sido una vía de escape segura para la secular rigidez de la moda masculina. Ya en tiempos en los que ningún hombre osaba poner un pie en la calle sin traje, camisa formal y corbata, el mar y la navegación ofrecían un paréntesis apto para los tejidos ligeros, los tonos claros y los patrones cómodos. La colección de moda masculina que Boss Menswear presentó el pasado 11 de julio en una tórrida ma...

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La inspiración náutica siempre ha sido una vía de escape segura para la secular rigidez de la moda masculina. Ya en tiempos en los que ningún hombre osaba poner un pie en la calle sin traje, camisa formal y corbata, el mar y la navegación ofrecían un paréntesis apto para los tejidos ligeros, los tonos claros y los patrones cómodos. La colección de moda masculina que Boss Menswear presentó el pasado 11 de julio en una tórrida mañana neoyorquina era precisamente un homenaje a ese universo marítimo, y a esa relajación que, por suerte, ya no está confinada a las vacaciones.

Los trajes y las americanas que la firma propone para la Primavera/Verano 2018 siguen siendo aptos para el día a día de la oficina, pero han sido despojados de estructuras interiores y forros en una asimilación inteligente de las enseñanzas de la sastrería mediterránea. El resultado son prendas más ligeras y con más movimiento. También colores más luminosos –gris, crema, azules, blanco roto–, tejidos de algodón y lino y cortes amplios que recuerdan que la rigidez gentleman de estos últimos años ha decidido tomarse un merecido respiro. Incluso las chaquetas de doble botonadura que pudimos ver son más marineras que dandis.

Desfile Primavera/Verano 2018 de Boss Menswear.

Al desfile, celebrado en una antigua lonja de Lower Manhattan, solo le faltaban los albatros. La coherencia de la temática marinera vino dada también por un despliegue de prendas deportivas y técnicas que recuerdan que no solo de trajes vive el hombre, especialmente en verano. En este terreno, las franjas inspiradas en los jerséis bretones se integraban en prendas resistentes con costuras reforzadas, mosquetones y cordones procedentes de la equipación náutica, al igual que los destellos de colores brillantes que daban el contrapunto a la paleta tenue de la colección.

Más allá del aspecto utilitario, esencial en una firma que ha conseguido convertirse en la primera opción a la hora de comprarse un traje para hombres de todo el mundo, el desfile también recordó que Boss es una firma de gama alta, sin que su carácter lujoso implique barroquismo o exceso. Hay seda y también piel, pero tratada con un acabado que evoca el tacto del papel. Los bordados de las camisas respiran artesanía, pero están más cerca de las insignias náuticas que de la ornamentación pura. El título de la colección, “Summer of ease”, recordaba a fin de cuentas que una firma no puede aspirar a vestir al hombre contemporáneo sin darle un respiro de relajación sport de vez en cuando. Mejor aún si es en la costa.

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