Policías antidisturbios en las playas del Rif

Las manifestaciones de Alhucemas, que se prolongan desde hace ocho meses, dieron este domingo una vuelta de tuerca. Una más. Hace varios meses la policía cercó la plaza principal de esta ciudad rifeña de 56.000 habitantes. Los jóvenes decidieron entonces manifestarse durante el mes de Ramadán en un barrio próximo a la plaza. Los antidisturbios llegaron una noche, les quitaron sus bafles y se fueron. Ellos recaudaron dinero, compraron otro bafle y volvieron a manifestarse. Los antidisturbios volvieron a subir, les quitaron los altavoces recién comprados y acordonaron el barrio.

Los jóven...

Las manifestaciones de Alhucemas, que se prolongan desde hace ocho meses, dieron este domingo una vuelta de tuerca. Una más. Hace varios meses la policía cercó la plaza principal de esta ciudad rifeña de 56.000 habitantes. Los jóvenes decidieron entonces manifestarse durante el mes de Ramadán en un barrio próximo a la plaza. Los antidisturbios llegaron una noche, les quitaron sus bafles y se fueron. Ellos recaudaron dinero, compraron otro bafle y volvieron a manifestarse. Los antidisturbios volvieron a subir, les quitaron los altavoces recién comprados y acordonaron el barrio.

Los jóvenes se marcharon a otros barrios de la periferia, situados en las montañas. La policía los siguió hasta allí y disolvió las concentraciones y siguió deteniendo a jóvenes. El llamado Movimiento (Hirak) continuó convocando protestas. La más sonada fue la del Aïd el-Fitr, el día que se festeja el fin del Ramadán, el 26 de junio. La policía disolvió la manifestación, hubo enfrentamientos, donde las fuentes oficiales declararon que 39 agentes habían resultado heridos. Los jóvenes no declararon ningún herido ni acudieron a ningún hospital, porque eso habría significado la detención inmediata para ellos. Pero a cambio, difundieron vídeos donde se veía a varios agentes golpeando a ciudadanos indefensos en el suelo. Y siguieron protestando con cacerolas desde sus casas.

Este domingo, sin embargo, se manifestaron en bañador en la playa de Sfiha, a pocos kilómetros de Alhucemas, frente a un peñón perteneciente a España. Pedían, como siempre, la liberación de los detenidos, que ya se aproximan a los 200. Los antidisturbios se metieron en el agua con sus botas negras, sus cascos, sus escudos y sus porras para intentar disolverlos. En las redes sociales se difundieron enseguida las fotos y vídeos de la escena. Con los consiguientes chistes: “Operación limpieza en las playas de Alhucemas”.

Un simpatizante del Movimiento declaró a este diario: “Así quedó claro quién ataca a quién. La policía no puede seguir mintiendo”.