‘Superwomen’

En la actualidad hay países como los nórdicos que cuentan con altas tasas de participación femenina en el mercado laboral y tasas relativamente altas de fecundidad

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Hay una buena y una mala noticia. La mala es que las sociedades desarrolladas, España entre ellas, se consumen en una lenta pero progresiva extinción, al no poder asegurar el reemplazo generacional. Solo tres países de la OCDE cuentan con una tasa de fecundidad por encima de la de reposición: 2,1 hijos por mujer. La situación actual es radicalmente opuesta a la de hace cuarenta años, cuando en la mayoría de países el número de hijos por mujer se situaba por encima de la tasa de reemplazo.

La buena noticia es que el cambio se debe a que ha aumentado el porcentaje de mujeres que acceden a...

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Hay una buena y una mala noticia. La mala es que las sociedades desarrolladas, España entre ellas, se consumen en una lenta pero progresiva extinción, al no poder asegurar el reemplazo generacional. Solo tres países de la OCDE cuentan con una tasa de fecundidad por encima de la de reposición: 2,1 hijos por mujer. La situación actual es radicalmente opuesta a la de hace cuarenta años, cuando en la mayoría de países el número de hijos por mujer se situaba por encima de la tasa de reemplazo.

La buena noticia es que el cambio se debe a que ha aumentado el porcentaje de mujeres que acceden a la educación superior, que prolongan sus años de formación y que participan en el mercado laboral. En consecuencia, el matrimonio y la formación de la familia se retrasa. Por eso, la media de edad de las mujeres que son madres por primera vez ha aumentado en todos los países de la OCDE.

¿Significa esto que la educación y el trabajo son incompatibles con los hijos? No necesariamente. En la actualidad, hay países como los nórdicos que cuentan con altas tasas de participación femenina en el mercado laboral y tasas relativamente altas de fecundidad. Sus mujeres no son superwomen. Lo que tienen son políticas de apoyo, como una amplia cobertura de escolarización de niños de 0 a 3 años o bajas generosas de paternidad.

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Todo esto lo saben los sociólogos desde hace tiempo y no se cansan de repetirlo: que las políticas de escolarización de 0 a 3 años contribuyen a reducir la desigual participación en el mercado laboral entre hombres y mujeres. Que además son beneficiosas para el éxito académico futuro de los niños. Y también para reducir la desventaja entre niños que provienen de entornos socioeconómicos menos favorecidos.

Sin embargo, en España no hay buenas noticias. Como en otros países mediterráneos, la baja tasa de fecundidad va acompañada de una menor participación relativa en el mercado laboral, aunque esta última haya aumentado considerablemente durante los últimos años. Aquí las superwomen son fruto de la necesidad. Del vacío institucional. De la manía de los políticos de posponer las decisiones. @sandraleon_

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