Periodista preocupado de más

"¿De qué vas a vivir ahora?”. Me sorprendió: ¿Qué clase de pregunta era esa? Pero luego intenté meterme en la cabeza de ese periodista

María Jimena Rico y, a la izquierda, su novia Shaza Ismail, el pasado 2 de mayo en Torrox (Málaga).Carlos Diaz (EFE)

Esta semana fui al peluquero porque ya no me podía domar mi “serbal”. “Corte hasta que yo le diga”, le ordené, y me puse a ver la tele que tenían en el establecimiento; al poco pedí que la encendieran.

Espejo Público fue el programa que asomó. ¡Miel sobre hojuelas!, pensé, porque nadie como Susana Griso para arrostrar la actualidad. Estaban entrevistando a Jimena y Shaza, la pareja de chicas que huyendo de las amenazas paternas habían vivido su particular odisea por Eu...

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Esta semana fui al peluquero porque ya no me podía domar mi “serbal”. “Corte hasta que yo le diga”, le ordené, y me puse a ver la tele que tenían en el establecimiento; al poco pedí que la encendieran.

Espejo Público fue el programa que asomó. ¡Miel sobre hojuelas!, pensé, porque nadie como Susana Griso para arrostrar la actualidad. Estaban entrevistando a Jimena y Shaza, la pareja de chicas que huyendo de las amenazas paternas habían vivido su particular odisea por Europa. Anhelé que estuvieran un rato largo con el asunto y mis deseos se hicieron realidad. Les preguntaron por el padre y por la madre y por los hermanos y por los pasaportes… Y de repente uno de los colaboradores —no sé cuál porque sin gafas veo menos que un pescao frito— dijo: “Shaza, perteneciendo como perteneces a una familia egipcia adinerada, ¿De qué vas a vivir ahora?”. Me sorprendió: ¿Qué clase de pregunta era esa? Pero luego intenté meterme en la cabeza de ese periodista, razonar como él y concluí: “Tiene sentido tratándose de una pija y, además, mujer”.

Los pijos no saben sacarse las castañas del fuego, acostumbrados como están a que se lo den todo hecho; piensan que el plato con la comida surge por arte de magia de los manteles.

Por otra parte, el hecho de que sea mujer no mejora la situación, al revés, porque las mujeres una vez que se ven fuera de la tutela del patriarcado van por la vida como vacas sin cencerro. Lo único es que su condición de lesbiana le podría dar un plus de arrojo y determinación, pero dado lo exótico de su procedencia no podemos asegurarlo. Por todo esto, NORMAL, que el periodista se PREOCUPARA por el porvenir de la muchacha.

Por cierto, tanto me embelesé con estos sofismas que no despegué el pico y el peluquero terminó rapándome.

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