Ballena azul

Violencia y bullying son las verdaderas amenazas, no un supuesto juego absurdo

Una de las fotos más viralizadas sobre el supuesto juego Ballena Azul

¡Qué juventud! Un año estos ninis obsesionados con youtubers e influencers sin profesión definida se nos quedan tontos persiguiendo monstruos de realidad virtual con Pokémon Go, otro juegan a suicidarse siguiendo una cadena de retos en Internet.

Pues ni lo uno ni lo otro, pero resulta que los titulares sobre “millennials idiotas” gustan mucho cuando la juventud queda atrás. A los más jóvenes no les contamos el secreto que conocemos los mayores: la tontería no siempre se pasa con la edad.

La semana pasada asistimos a la última ...

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¡Qué juventud! Un año estos ninis obsesionados con youtubers e influencers sin profesión definida se nos quedan tontos persiguiendo monstruos de realidad virtual con Pokémon Go, otro juegan a suicidarse siguiendo una cadena de retos en Internet.

Pues ni lo uno ni lo otro, pero resulta que los titulares sobre “millennials idiotas” gustan mucho cuando la juventud queda atrás. A los más jóvenes no les contamos el secreto que conocemos los mayores: la tontería no siempre se pasa con la edad.

La semana pasada asistimos a la última gran racha de “los jóvenes están tontos” gracias a Ballena Azul, el supuesto juego de pruebas que llevaría a autolesionarse o incluso induciría al suicido. Una burbuja sin datos verificados y cuya difusión recuerda a las leyendas urbanas, basada en un enredo a partir de un reportaje en Rusia por el que dos periodistas fueron sancionados por mala praxis. La hospitalización en Psiquiatría de una menor en Cataluña desató las alarmas mediáticas. Pero ocurre que cuando se habla de fenómenos de Internet no siempre se investiga lo suficiente. A cualquier cosa se le llama moda.

Si nos queremos preocupar de suicidios de jóvenes, cosa seria, centrémonos en los datos. En el teléfono de ayuda a niños y adolescentes en riesgo de la Fundación ANAR reciben más de mil llamadas al día. La mitad de denuncias por acoso son de niños entre 11 y 13 años. Desgraciadamente, cada cierto tiempo escuchamos a padres de adolescentes que se suicidaron por acoso escolar reclamar que sus hijos sean las últimas víctimas. Violencia y bullying son las verdaderas ballenas azules.

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