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Diez heridos en un campamento de inmigrantes en Francia

Cientos de inmigrantes fueron realojados de urgencia la pasada noche en gimnasios y locales municipales al haber tenido que evacuar el campamento de Grande Synthe, por un incendio causado por enfrentamientos entre algunos ocupantes

Migrantes duermen en un gimnasio abierto por voluntarios de la Cruz Roja. El campamento de Grande-Synthe fue abierto en marzo del año pasado por la ONG Médicos sin Fronteras (MSF) y el Ayuntamiento de la ciudad, Dunkerque.PASCAL ROSSIGNOL (REUTERS)
Los bomberos llegan al campamento de Grande-Synthe, a las afueras de Dunkerque. Las instalaciones del campamento contaban con 200 cabañas de madera con calefacción, aseos y tomas eléctricas con capacidad para cuatro personas cada una de ellasPHILIPPE HUGUEN (AFP)
Los migrantes son evacuados mientras un gran incendio asola el campamento. Tras el desmantelamiento de la 'Jungla de Calais', situado a unos 40 kilómetros, la población de Grande-Synthe empezó a aumentar.PHILIPPE HUGUEN (AFP)
Los bomberos extinguen el fuego de uno de los refugios. El incendio ha destruído muchas de las casas, construidas en madera.PASCAL ROSSIGNOL (REUTERS)
Un juguete, el día después del incendio, que ha destruído grandes extensiones del campo de Grande-Synthe.PASCAL ROSSIGNOL (REUTERS)
Migrantes en un gimnasio abierto por volutarios de la Cruz Roja, después de que el incendio destruyera bastantes casas del campamento.PASCAL ROSSIGNOL (REUTERS)
Bomberos cerca de escombros, el día después de que el fuego destruyera grandes extensiones del campamento. El director de gabinete del Ayuntamiento, Olivier Caremelle, dijo que todo apunta a un incendio 'provocado'.PASCAL ROSSIGNOL (REUTERS)
Grande-Synthe, a comienzos del 11 de abril de 2017, en las afueras de la ciudad de Dunkerque, en el norte de Francia, luego de que un enorme incendio la redujera a 'un montón de cenizas'.PHILIPPE HUGUEN (AFP)
Bomberos cerca de uno de los refugios quemados, después del incendio que destruyó el campo de migrantes, cerca de la frontera belga.PASCAL ROSSIGNOL (REUTERS)