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Imágenes inéditas del Rastro de Madrid

El fotógrafo César Lucas retrató el mercadillo madrileño en noviembre de 1976. Te mostramos una selección de esas fotografías nunca antes digitalizadas

Un vendedor ofrece un reloj de total confianza al fotógrafo César Lucas.César Lucas
'Grises', 'tablillas' y 'cirila'. Agentes de la Policía Armada y la Policía Municipal de Madrid junto a un 2CV en la plaza de Cascorro. Durante la Transición El Rastro madrileño fue escenario de cargas policiales y manifestaciones no autorizadas, que acaban en incidentes violentos. En noviembre de 1977 EL PAÍS le dedicó un editorial en el que pedía salvar El Rastro y a los partidos políticos trasladar sus puestos, origen de conflictos y enfrentamientos.César Lucas
El mismo vendedor prueba con un soldado. Los jóvenes que cumplían el servicio militar obligatorio eran habituales visitantes del mercadillo madrileño. A finales de 1976 más de 300 jóvenes cumplían condena en cárceles españolas por declararse objetores de conciencia y oponerse a hacer la 'mili'.César Lucas
Una mujer saca el monedero para comprar una chuche a los niños. En noviembre de 1976, las mujeres españolas debían pedir permiso al marido para poder trabajar, abrir una cuenta corriente, tener pasaporte o examinarse del carné de conducir. La mujer soltera era menor de edad y no podía abandonar el domicilio familiar sin el permiso paterno.César Lucas
Unas turistas agarran su bolso mientras pasean por El Rastro de Madrid. En el año 1976, 18,5 millones de visitantes extranjeros dejaban en España unos ingresos de 241.814,9 millones de pesetas según el Instituto de Turismo de España (lo que vendrían siendo unos 1,24 billones de euros de ahora, incluyendo la subida del IPC).César Lucas
En noviembre de 1976, el fotógrafo César Lucas tomó estas imágenes de El Rastro de Madrid nunca antes digitalizadas. Desde mediados del siglo XVIII existen noticias de este mercado nacido en torno al Matadero de la Villa, que funciona las mañanas de domingos y festivos en el barrio de Embajadores.César Lucas
Se repite la escena. Un vendedor intenta convencer de las bondades de una baratija.César Lucas
Un Madrid de pantalones de campana y faldas de cuadros. Al fondo, la actual sede de la Escuela Mayor de Danza.César Lucas
Un vendedor muestra la fotografía de Ernesto Guevara realizada por Alberto Korda a posibles compradores como el actor Manolo Zarzo (derecha). En la Transición el Rastro madrileño no solo era un lugar donde comprar objetos de segunda mano. Al lado del comercio habitual surgieron puestos con libros prohibidos por la censura, revistas eróticas y de confesiones religiosas no católicas.César Lucas
No sería la primera vez que un coleccionista encontrase un tesoro en el Rastro.César Lucas
Una vendedora ofrece palodul en una calle de El Rastro. La raíz y las ramas de la planta del regaliz (Glycyrrhiza glabra) era una golosina corriente que se mascaba y chupaba.César Lucas
La filosofía del Rastro: desechable, no inservible. De todo se puede encontrar.César Lucas
Un vendedor ambulante muestra su catálogo de monederos y corbatas.César Lucas
Envases de plástico o cristal y mantas formaban parte de este comercio de segunda mano. Objetos que ahora reciclamos sin dudar en un punto limpio, o con menos contemplaciones, acaban en la basura.César Lucas
Tienda de ropa y material militar en El Rastro.César Lucas
El Rastro madrileño sigue siendo en nuestros días un paraíso para coleccionistas.César Lucas
Imágenes tomadas por el fotógrafo César Lucas el 6 de noviembre de 1976.César Lucas