Editorial

Erdogan, contra la prensa

El encarcelamiento del corresponsal de 'Die Welt' es un intolerable ataque a la libertad de expresión

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.Yasin Bulbul (AP)

La prisión preventiva dictada por un tribunal turco con el corresponsal del diario alemán Die Welt, Deniz Yücel —de nacionalidad turco-alemana—, constituye un intolerable atentado contra la libertad de información por parte del régimen turco que se ha basado en una inaudita acusación para encarcelar al periodista.

Resulta inconcebible que el hecho de que Yücel informara sobre unos correos electrónicos pirateados a un ministro turco lo convierta en miembro de una organización terrorista. Y más cuando precisamente los mensajes publicados muestran cómo Berat Albayrak, min...

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La prisión preventiva dictada por un tribunal turco con el corresponsal del diario alemán Die Welt, Deniz Yücel —de nacionalidad turco-alemana—, constituye un intolerable atentado contra la libertad de información por parte del régimen turco que se ha basado en una inaudita acusación para encarcelar al periodista.

Resulta inconcebible que el hecho de que Yücel informara sobre unos correos electrónicos pirateados a un ministro turco lo convierta en miembro de una organización terrorista. Y más cuando precisamente los mensajes publicados muestran cómo Berat Albayrak, ministro de Energía y yerno de presidente Recep Tayyip Erdogan, está involucrado en los intentos de control de los medios de comunicación turcos y en la creación de estados de opinión mediante la manipulación de cuentas falsas en la red social Twitter.

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Con esta decisión, el régimen turco se desliza cada vez más por la senda del autoritarismo. Acusar de terroristas a los periodistas incómodos no es precisamente una forma de apoyar el Estado de derecho en Turquía como presume Erdogan, máxime cuando Yücel forma parte de una larga lista de 150 informadores en prisión que han convertido al país otomano, en palabras de Reporteros sin Fronteras, en la mayor cárcel de periodistas del mundo.

Pero en esta ocasión la nacionalidad alemana del periodista encarcelado abre un importante frente diplomático con Berlín. La dureza de las palabras de Angela Merkel con Ankara no hacen sino reflejar una realidad a la que tiene que plegarse Erdogan, quiera o no. Turquía debe respetar la libertad de prensa y aplicar el Estado de derecho. En la misma línea van los llamamientos de diversas organizaciones internacionales, entre ellas la Alianza de Periódicos Líderes en Europa (LENA) de la que forma parte EL PAÍS. Yücel debe ser liberado.

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