Columna

Cuando “no” es “vale”

Expresiones como “Brexit es Brexit”no significan nada preciso

La premier británica, Theresa MayFRANCE PRESS

“Cuando digo nada, es que para nada” (madrileñismo). “No es no” (Pedro Sánchez). “Brexit es Brexit” (Theresa May). “Nunca es nunca, nunca” (Antonio Baños, CUP). “O referéndum o referéndum” (Carles Puigdemont).“Never is never” (Fabian Picardo, de Gibraltar).

Prolifera hoy en política la tautología, que viene del griego: decir (logía, acción de decir) lo mismo (tautós). O sea, repetir innecesariamente un mismo concepto usando idénticas palabras, sin añadir por tanto ninguna información ni significado. En retórica, también en retórica política, es una figura obvi...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

“Cuando digo nada, es que para nada” (madrileñismo). “No es no” (Pedro Sánchez). “Brexit es Brexit” (Theresa May). “Nunca es nunca, nunca” (Antonio Baños, CUP). “O referéndum o referéndum” (Carles Puigdemont).“Never is never” (Fabian Picardo, de Gibraltar).

Prolifera hoy en política la tautología, que viene del griego: decir (logía, acción de decir) lo mismo (tautós). O sea, repetir innecesariamente un mismo concepto usando idénticas palabras, sin añadir por tanto ninguna información ni significado. En retórica, también en retórica política, es una figura obvia, redundante, vacía.

Y en general, engañosa. Ya se va comprobando que la expresión según la cual “Brexit es Brexit” —o en versión más sofisticada, “Brexit significa Brexit” es rala. No significa nada preciso. Porque la huida del Reino Unido de Europa puede concretarse de muy distintas maneras: rápida o lentamente, de forma dura o blanda, clara o incierta, definitiva o efímera. Incluso puede no darse.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Se entiende el recurso a esta figura para enfatizar una posición propia, un camino de presunto no retorno.

Pero su uso creciente subraya la simplificación imperante en esta era mediática, ya más unilateral que binaria y más binaria que múltiple; o la reducción del discurso a lema; o la vaciedad de pensamiento; o su debilidad; o la querencia por el pensamiento único, por la ausencia de alternativas.

Es decir, tendencias contrapuestas al pensamiento democrático, que implica debate y contraposición de distintas soluciones, o al menos, diversas salidas.

Más útil que la tautología es la aliteración poética aplicada a la política, la repetición de sonidos (incluso conceptos) pero con significados distintos. “Puedo prometer y prometo” (Adolfo Suárez/Fernando Ónega) reitera sonoridades, pero no una única idea: da cuenta, primero, de que el autor está en capacidad de asegurar; y añade, luego, que efectivamente, asegura.

Al cínico —y brillante— conde de Romanones se le atribuye un mismo concepto con tres frases distintas. 1) “En política, nunca jamás es hasta mañana”; 2) “Cuando digo jamás siempre me refiero al momento presente”; y 3) “Cuando digo nunca, digo que por ahora y después ya veremos”. Pero no es imprescindible alcanzar tanto relativismo para ser menos elemental.

Archivado En