Carolina de Mónaco, capoeira y solidaridad en el Congo
La princesa apoya un programa para ayudar a los niños soldados a reintegrarse en la comunidad con ayuda del baile
Es poco habitual ver a Carolina de Mónaco en actos oficiales más allá de las fronteras europeas. En esta ocasión, ha puesto kilómetros de por medio y la princesa de Hannover ha viajado hasta el Congo para asistir al acto de un proyecto solidario del que vio su inicio en 2013, y que busca terminar con los niños soldados en el país y ayudar a su reintegración en la comunidad.
La primogénita de Raniero de Mónaco y Grace Kelly llegó ayer al país africano para asistir al evento organizado por el proyecto Capoeira for Pe...
Es poco habitual ver a Carolina de Mónaco en actos oficiales más allá de las fronteras europeas. En esta ocasión, ha puesto kilómetros de por medio y la princesa de Hannover ha viajado hasta el Congo para asistir al acto de un proyecto solidario del que vio su inicio en 2013, y que busca terminar con los niños soldados en el país y ayudar a su reintegración en la comunidad.
La primogénita de Raniero de Mónaco y Grace Kelly llegó ayer al país africano para asistir al evento organizado por el proyecto Capoeira for Peace (Capoeira para la paz). Un programa que pretende apartar a los niños de los grupos armados a través de la práctica de este baile de origen brasileño (que combina música, baile y artes marciales), y así ayudar a su reintegración en la comunidad. Carolina de Mónaco, de 59 años, fue recibida en Kinshasa con ritmos y bailes de capoeira y revió también un presente de la fundación.
Este programa fue concebido por la Embajada brasileña en el República Democrática del Congo que, entre otras, tiene el apoyo de la ONG World Association of Childrens Friends (AMADE), fundada por Grace Kelly en 1963 y que Carolina de Mónaco ha dirigido los últimos años. La última vez que visitó el Congo fue en 2013, un viaje que llevó a cabo por los mismos motivos y para presentar este programa que tres años después sigue activo. En cualquier caso, ella es una enamorada del continente africano, e incluso compró una casa en la isla de Lamu (Kenia) con su tercer esposo Ernesto de Hannover.