Historia de los becarios

Historia de una becaria contada en un tuit: “Con una beca oficial: en enero me rompo un pie, estoy tres meses largos de baja, en mayo me incorporo y en junio dicen que me echan: mi baja ha sido muy larga”. Los becarios somos un ente etéreo en un limbo, sin vinculación laboral, sin derechos. Y por tu bien, tú chitón o te echan, no te pagan y no te lo comunican. Va casi por el décimo año que acabé mis estudios universitarios y, como muchos de mis compañeros de beca, he andado por los caminos de la ciencia en entidades públicas y privadas en España y el extranjero. Para qué andar perdiendo el tie...

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Historia de una becaria contada en un tuit: “Con una beca oficial: en enero me rompo un pie, estoy tres meses largos de baja, en mayo me incorporo y en junio dicen que me echan: mi baja ha sido muy larga”. Los becarios somos un ente etéreo en un limbo, sin vinculación laboral, sin derechos. Y por tu bien, tú chitón o te echan, no te pagan y no te lo comunican. Va casi por el décimo año que acabé mis estudios universitarios y, como muchos de mis compañeros de beca, he andado por los caminos de la ciencia en entidades públicas y privadas en España y el extranjero. Para qué andar perdiendo el tiempo en formar recién titulados si pueden tener mano de obra barata pero con excelente experiencia y formación. Así va este país en los tiempos que corren para la gente cualificada: o te vas fuera o te resignas a quedarte a riesgo de que no te traten ni siquiera como persona. Los políticos que nos gobiernan se enorgullecen y alardean diciendo que han creado empleo. Empleo puede que sí, pero con una precariedad equiparable o peor que la de nuestros abuelos. Los jóvenes (y los no tan jóvenes) del presente y del futuro estamos condenados a ser esclavos del sistema en que nos han hecho creer.— Estefanía Egido de Frutos. Segovia.

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