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Cada vez menos bosque

En el Día Internacional de los Bosques, las organizaciones internacionales pretenden concienciar de su importancia. 1.600 millones de personas dependen de ellos

Miles de millones de personas recurren a los bosques y a sus recursos para alimentarse y conseguir energía o cobijo. Además, los sistemas forestales juegan un papel clave en el suministro de agua. El 31% de la superficie terrestre está (por ahora) cubierta de bosque, pero cada año se destruyen 13 millones de hectáreas, es decir, una superficie equivalente a Portugal y Dinamarca juntas, o a algo más que Honduras. En la imagen, árboles talados para fomentar el cultivo de arroz en el norte de Tailandia. Al de dos o tres años, cuando el suelo se agota para el arroz, los campos se abandonan y se despeja más bosque para crear nuevas zonas de cultivo. El problema es especialmente grave en un pais cuya principal fuente de agua surge de estos bosques. Hoy, 21 de marzo, es el Día Internacional de los Bosques, en el que distintas organizaciones llaman a reflexionar sobre la importancia de estos sistemas en el presente y, sobre todo, el futuro del planeta.©FAO (Florita Botts)
El 75% del agua dulce a la que accede el ser humano proviene de humedales y cuencas forestales. Los bosques actúan además como filtros naturales. Pero el cambio climático está alterando el papel de estos sistemas en la disponibilidad de recursos hídricos. Todos estos son datos más a tener en cuenta, si cabe, en un momento en el que 8 de cada 10 personas en el mundo está en grave riesgo de quedarse sin acceso al agua. En la imagen, un proyecto de la FAO en El Salvador, financiado por Japón, para rehabilitar un sistema de irrigación.© FAO (L. Dematteis)
Si se realiza una media mundial, cada habitante del planeta come 11 kilos de alimentos de los bosques cada año. Sus frutos contribuyen a la seguridad alimentaria y a la nutrición de cientos de millones de personas. Por otro lado, se calcula que el 40% de la población de los países menos desarrollados depende de la madera para cocinar los alimentos que come. Y casi 800 millones también la usan para esterilizar el agua antes de beberla. En la imagen, un hombre come un coco en Samoa Occidental, donde el Gobierno ha asistido a los agricultores rurales con ayuda internacional para mejorar la producción.© FAO (Jeannette Van Acker)
Porque quemar madera es la única fuente de energía a la que tienen acceso millones de personas, sobre todo en zonas rurales de países en desarrollo. Supone el 27% de la energía primaria en África, el 13% en América Latina y el Caribe y el 5% en Asia y Oceanía. Y en los países desarrollados cada vez se usa más por ejemplo para la calefacción de viviendas para reducir la dependencia de los combustibles fósiles. En la imagen, dos niños posan junto a un montón de madera en la zona de Erbil (Irak), en el marco de un proyecto de reforestación.© FAO (Rosetta Messori)
Según datos de la FAO, el sector forestal emplea formalmente a unos 12,3 millones de personas en todo el mundo, y otros 41 millones se ganan la vida en el bosque de forma informal. Un grupo de mujeres de Moree (Ghana), normalmente dedicadas a la venta de pescado, plantan y cuidan un bosque como un modo de diversificar sus fuentes de ingresos, motivadas por el alto precio de la madera que usan para sus hornos de asar.© FAO (Desirey Minkoh)
La vegetación y los bosques pueden, además, proteger frente a desastres naturales. Es el caso de los manglares, unos ‘cinturones verdes’ que contribuyen a salvar vidas ante la embestida de tsunamis y pueden ayudar también frente a huracanes o tifones. Un bosque de manglar extenso, como el de la imagen, puede mitigar la potencia destructiva de una gran ola. En cambio, manglares disminuidos o con poca extensión pueden ser incluso más destructivos al ser arrastrados fácilmente.© FAO (R. Grisolia)
Productos forestales, como la madera, son básicos para que casi 1.300 millones de personas (el 18% de la población mundial) puedan tener un techo bajo el que cobijarse. Los suelos, los techos y las paredes de las viviendas de cerca de 1.000 millones de personas en Asía y Oceanía están hechos principalmente de este material o sus derivados. En la imagen, un ejemplar de 'Chlorophora excelsa', cuya madera es muy valiosa. En este área de Mozambique se utiliza para cubrir necesidades locales, como fabricar herramientas y mobiliario. Un proyecto pretende concienciar a la población del verdadero valor de la madera que tienen alrededor.© FAO (John Spaull)
A día de hoy más de la mitad de la población mundial vive en ciudades. Y el porcentaje seguirá subiendo. En muchos países en desarrollo, el crecimiento de las urbes presenta riesgos de marginación, insalubridad o contaminación insostenible. Por eso, recuperar los bosques urbanos o periurbanos y las zonas verdes urbanas se antoja un paso importante para mejorar la salud y la calidad ambiental de las ciudades. La tendencia, en cambio, es ir reduciendo su presencia en beneficio de la construcción y expansión urbanística. En la imagen, el bosque de Senalba con la ciudad argelina de Djelfa al fondo.© FAO (Laurent Sazy)
Tras los océanos, los bosques son los principales almacenes de carbono del planeta. De hecho, podrían absorber hasta un 10% de las emisiones que se prevén para la primera mitad de este siglo. Pero, al mismo tiempo, la deforestación y los cambios en el uso de la tierra suponen un 17% de las emisiones de dióxido generadas por el hombre. Un bosque talado en Indonesia.Curt Carnemark (Banco Mundial)
Para controlar y proteger los bosques es necesario conocer su extensión, su localización, sus problemas… Las autoridades y organizaciones forestales recogen numerosa información, sobre el terreno y con el uso de satélites, apartado que está cambiando para ser cada vez más accesible a países menos desarrollados. Pero desde el Congreso Forestal Mundial celebrado el año pasado en Durban (Sudáfrica), se hace hincapié en que no solo hay que recoger datos sobre los árboles, sino también (o sobre todo) sobre las personas en relación con los bosques. La información sobre los beneficios que las sociedades obtienen de los sistemas forestales es insuficiente, pero necesaria para ser realmente conscientes de su importancia. En la fotografía, un ingerieron utiliza un densitómetro en Vietnam.© FAO (Hoang Dinh Nam)
Uno de los principales enemigos del bosque es el fuego, casi siempre causado por la acción humana y, muchas veces, intencionadamente. A menudo granjeros, empresarios o constructores recurren a las llamas como el método más rápido y sencillo para despejar una zona boscosa que dedicar a otras actividades. Los incendios tienen graves consecuencias climáticas (no solo por que se pierde el efecto beneficioso de la parte desaparecida, sino por las emisiones del propio fuego); para la salud humana (problemas respiratorios); económicas y para la biodiversidad, ya que acaban con el hábitat natural de distintas especies. La foto muestra bosque quemado para plantar mijo fonio en Guinea.© FAO (Mario Marzot)
Sea por el fuego, por sobreexplotación o por destinar la tierra a otros usos, la deforestación es una realidad que amenaza los medios de vida y el acceso al agua de gran parte de la población mundial y alimenta el cambio climático. Por eso, en el Día Internacional de los Bosques, el llamamiento es unánime: hay que conseguir una explotación forestal sostenible, conservando los bosques existentes y recuperando los dañados o extinguidos. Es básico para el futuro del planeta, además de ser una vía para el desarrollo y la salida de la pobreza de cientos de millones de personas. En la imagen, un grupo de mujeres trabaja en Níger en el programa Iniciativa Gran Muralla Verde del Sáhara y el Sahel. La prioridad es cuidar y conservar los bosques y explotarlos de manera sostenible, plantar nuevos árboles y regenerar las zonas boscosas existentes y fomentar prácticas agrícolas responsables, así como extender las zonas verdes urbanas y periurbanas.© FAO (Giulio Napolitano)