3.500 Millones
Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

El talón de Aquiles del desarrollo

Por Benito Baranda.

Imagen: The Budapest Beacon.

Hace unos meses leí en una noticia que cerca de un 70% de los directivos de las grandes empresas en España considera ‘habitual’ el soborno, que es parte del ‘hacer negocios’. Me pregunté inmediatamente ¿dónde se formaron estos directivos, qué círculos de amistades frecuentan? y ¿qué podemos esperar de ellos para el futuro de nuestros países? Una persona con esas responsabilidades y edad debería ya tener un desarrollo de su conciencia moral que le permita discernir ‘entre lo bueno y malo’, sin embargo pareciera ser que no es así, por lo tanto la conclusión que queda es señalar que no son confiables y que traspasarles funciones públicas de orden financiero, servicios e inclusive productivas es altamente peligroso, implica un riesgo real para el auténtico desarrollo y para la construcción de sociedad.

En Italia se teje el mismo estilo y el desastre en el Municipio de Roma lo ejemplifica con creces. Ante este escenario el actual gobierno busca sacar adelante una nueva ley contra la corrupción, pero en el intertanto Matteo Renzi ha debido enfrentar más de un duro episodio en su gabinete, el más sonado ha sido el del Ministro de Infraestructura y Transporte, Maurizio Lupi, que ha dejado su cargo. También los que se presentaban como líderes de la lucha ‘contra los corruptos’ han caído, es el caso del Presidente de la Cámara de Comercio de Palermo, Roberto Helg, envuelto en una extorsión vergonzosa que afecta nuevamente la fe pública, y las recientes denuncias contra Cáritas en La Campania por el uso de los fondos destinados a inmigrantes.

Los nuevos movimientos sociales han dado a luz esta hipocresía en que están envueltos políticos de partidos con principios, sin embargo de estilos de trabajo plagados de conflictos de intereses. Las consecuencias están a la vista: a mayor corrupción hay menor credibilidad de parte de la ciudadanía en quienes ejercen una función pública y quienes dirigen el mundo empresarial, pero el negocio es tan tentador que resulta hasta hoy extremadamente difícil erradicar estas prácticas, y se siguen inventando caminos para burlar las mismas leyes.

Si ésta es la situación, que puede ser solo la punta del iceberg, a uno le queda la razonable duda de ¿cómo hacen negocios los ejecutivos de las grandes empresas transnacionales españolas e italianas en América Latina y el Caribe? La duda abarca por lo menos tres ámbitos donde hay mucho dinero en juego: licitaciones/construcciones de infraestructura, compra/privatización de empresas del Estado (servicios principalmente)y compra de armamento. ¿Cuánto dinero habrá corrido en todo ello en nuestro continente?¿En qué medida están envueltos los políticos, funcionarios del Estado y empresarios? ¿cuántos han hecho vista gorda al respecto?

Es verdad que la hipocresía tiene un vasto mundo, todos caemos de una u otra manera allí, sin embargo quienes tienen mayor poder (económico, político y religioso) son más responsables y asumen una obligación muchísimo más grande para actuar íntegramente en los negocios, en sus decisiones y en los vínculos que crean con los diferentes poderes, sus espacios de conflicto de intereses son cotidianos, las tentaciones apetitosas, y la fragilidad de su formación ética suele ser preocupante. Así lo decía VaclavHavelcuando recibió el premio Sonning (1991): "la política representa uno de los campos de la actividad humana que impone mayores exigencias al sentimiento moral, a la capacidad de autorreflexión crítica, a la auténtica responsabilidad, al tacto y al buen gusto, a la capacidad de sensibilizarse con el alma de los demás, al sentido de moderación, a la humildad". Y agregaba que este empleo debía ser para personas modestas que no se dejaran deslumbrar por el poder.

Si queremos avanzar hacia un mundo más justo e inclusivo en medio de esta globalización ‘a medias’, debemos enfrentar hoy lo que estamos viviendo, con honestidad y transparencia. Esto implica sin lugar a dudas un gran costo para muchos pero traerá un gigantesco beneficio para la gran mayoría y nos permitirá avanzar de manera auténtica hacia un desarrollo integral, camino seguro para lograr una sociedad más cohesionada, justa y pacífica.

Comentarios

Está claro que el Talón sigue funcionando antes y después de Aquiles. Desgraciadamente, la Ética sigue sin funcionar, ya que, al parecer, la mente humana, en millones de personas, nace enferma y no acaba de sanar. Quizás sea ello la fuente de que todo, o casi todo, sea en los sanos de juicio, una simple ilusión.
es un tema de debate.
Está claro que el Talón sigue funcionando antes y después de Aquiles. Desgraciadamente, la Ética sigue sin funcionar, ya que, al parecer, la mente humana, en millones de personas, nace enferma y no acaba de sanar. Quizás sea ello la fuente de que todo, o casi todo, sea en los sanos de juicio, una simple ilusión.
es un tema de debate.
Está claro que el Talón sigue funcionando antes y después de Aquiles. Desgraciadamente, la Ética sigue sin funcionar, ya que, al parecer, la mente humana, en millones de personas, nace enferma y no acaba de sanar. Quizás sea ello la fuente de que todo, o casi todo, sea en los sanos de juicio, una simple ilusión.
es un tema de debate.

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